"...Bella al alba y al crepúsculo
dueña de la vida, todo te magnifica..."
"Expectation"
Gustav Klimt
Reseña biografica
Poeta,
ensayista, traductor y editor colombiano nacido en Buga en 1945.
Hizo
estudios de Literatura Latinoamericana en la Universidad Complutense de
Madrid, donde recibió título de Doctor
con una tesis sobre la obra de Jorge Luis Borges.
Ha sido docente en varias universidades americanas, catedrático en el
departamento de literatura latinoamericana
de Marymount Manhattan College de New York y director del
Departamento de Letras en la Universidad Nacional
de Colombia donde recibió el Título de Profesor.
Entre sus libros
figuran: «Cinco poetas españoles de la Generación del Cincuenta» en 1980,
«Kavafis» en 1984,
«Espejo de máscaras» en 1987, «Una generación desencantada: los poetas
colombianos de los años setenta» en 1985,
«La poesia de T.S. Eliot» en 1988, «Poemas chinos de amor» en 1992,
«Ensayos» en 1994, «Literaturas de América Latina»
en 1995, «Summa del cuerpo» en 2002 y «Fragmentos y despojos» en
2002.
Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Periodismo
Simón Bolívar y el
Internacional de poesia Arcipreste de Hita.
Su obra ha sido
publicada en inglés, francés, italiano, griego, chino, alemán y portugués. ©
Anotaciones
Bodas de plata
Cabaret
Café
blanche
Café beach café
Cuando fuimos uno con otro
Dónde
Happy new year
Hoja de otoño
La pregunta
Lunas
de ayer
M.M.C.
Noche de
octubre
Pericles Anastasiades,
el año de 1895
Portero de noche
Servicio de placer
Tardes
Una barba
de Camden
1975
Anotaciones
Dulce enemiga
que llevas al hombre
más allá de sí mismo.
Adoro tus perfecciones
y tus fulgores sobre mi cuerpo helado.
Recorres a zancadas
los cielos -nada apacibles-
y las estrellas
incesantes
y las estrellas quietas.
Bella al alba y al crepúsculo
dueña
de la vida
todo te magnifica.
Ante vosotros llego
soberanos de la gran
ramera
con la vieja segadora de vidas.
Otorgadle,
como a los
secuaces del gran negocio,
pasteles y agua y aire
y una casa solariega en Manhattan.
Retrocede, Sui,
viejo cocodrilo
no me acometas
vete
no cortarás mi juventud.
Mis versos
como cuchillo de pedernal,
mis versos
como
muelas de joven caballo,
destruirán tus ojos y tu boca.
Bodas de plata
La belleza de tu rostro
y la dulzura de tu voz bastaron
para que te amara.
Un año pasamos juntos
y luego a él
regresaste.
Ahora, que de nuevo le engañas,
te duele el corazón
y ante a
mí
crece tu desgracia:
has comenzado a envejecer.
Cabaret
Que el poema la retrate
sólo como la viste en el tiempo
que
quiso darse a tus ojos y a tu alma.
Hecha de la dura memoria de la carne,
mostraba la astucia y el
candor
de quien presentía
la huella que deja otro corazón.
Así la
deseabas.
Querías someterte al desdén que promete
el oro de la juventud.
Estabas dispuesto
a sufrir el rigor de sus ojos de hembra
del mejor cabaret: la vida.
Café Beach Café
El amargo sabor de los
sueños
volverá para darte una muchacha
con el pelo suelto
contando recibos del paso del día.
Desnúdate de ti
y ella vendrá a vestirse
con las caderas, los ojos y los gestos
que hubo en tu camino
ese verano del ochenta y dos.
Café Blanche
Creyendo que la mejor cura contra la melancolía
eran esas superficies
radiantes y abiertas
fuiste hasta las memorables ruinas
y viste la
estatua de basalto
que del cuerpo de Antonio hicieron.
Grecia era el
testimonio, bajo esa copiosa
y virulenta luz, de cómo solo lo externo
tiene propia existencia.
Ética y belleza
eran una y lo mismo.
Tallar el cuerpo era
tallar también el alma.
Curar el odio a si mismo
era curar la soledad.
De vuelta a casa, liberado ya del pasado,
con aquellas camisas de
colores chillones,
tus negros pantalones de tres prenses,
tus zapatos
puntiagudos y habaneros,
el desnudo pecho mostrando la cadena
de oro
macizo y los cinco medallones
entrabas al Blanche y pasabas las noches
bebiendo cubatas y quemando porros.
Todas y todos eran tuyos.
Te enamorabas, sin duda.
Amabas tanto
los ritos de la carne,
su lenguaje y sus palabras
que incluso ahora,
cuando escribes,
no sientes, tampoco, interés alguno
por el "acto
final".
Cuando fuimos uno con otro...
Cuando fuimos uno con
otro
contamos numerosas estrellas
Cuando hacíamos el amor
las
noches se detenían en la nuestra
Cuando de toda palabra nos recibíamos
escribíamos un libro
Los dioses no han sido derrocados
y su poder nos asignó varios
caminos
Cuando nos separamos
todo retornó al futuro y al vacío
Habíamos recobrado nuestra contingencia
y el pasado habitaba en la memoria.
Dónde
¿Dónde posar el pie,
dónde el poema?
¿Por qué las llagas nos
cubren
y el escarnio te cerca a toda hora?
Sueño del hombre y su sombra
ninguno sabe que uno es sombra de otro
nadie sabe si sueña o está
muerto.
Happy New Year
Cruzamos
trece mil novecientos kilómetros
para encontrarnos
pero, como es habitual en ti,
cambiaste el parecer.
Oh, tú,
nacida
en un Diciembre inconstante,
de grandes ojos de novilla,
de fina
cintura
y pies diminutos,
dueña de un Loto Dorado
voraz e insaciable.
Hoja de otoño
Hoja de otoño, no percibes
el saludo y el beso,
el cuerpo detenido
en un lecho de aroma,
la mano y el labio en la boca,
la carne y el ojo en los ojos.
Viento de otoño vuelto hacia dentro.
La
pregunta
Un día preguntaron qué deseaba
y le trajeron aquella que había
perdido en su juventud.
Después de siete lunas y siete sonrisas
un hueso de uva
le
separó de sus brazos
de su perfume
y sus ajorcas.
Lunas de ayer
La luna, esta noche, la que nunca ha vuelto
vendrá para nosotros.
Porque hemos mentido, como en las lunas de
ayer.
No habrá segunda parte esta vez.
Nuestro amor ha de ser como
nunca fue,
un insensato amor, amor de dos
que nada necesitan ni nada desean
más que amarse.
Nuestro amor será así
o no será.
M.M.C.
Miro tu rostro.
Imagino que habríamos sido felices
si fuera
joven
como tú,
sin un pasado,
sin las convicciones que compramos al
tiempo.
Miro tu rostro
y confirmo
que nada tiene ya sentido:
tu
hermosura debería ser mi sal de cada día
tu juventud me haría vivir otros
veinte años.
Miro tu rostro
y me pregunto:
¿Quién estableció esta rutinaria
separación de edades?
¿Quién la fidelidad como hierro inamovible?
¿Quién nos quitó la
realidad
y sólo nos dejó el deseo?
Noche de octubre
Su memorable voz
una noche de Octubre, sobre la puerta.
Su cabeza coronada con hiedra, violetas
y numerosas cintas de
colores.
El equilibrio de su cuerpo
dejando oír, cómo una noche,
recostado
en aquel a quien amaba,
rogando compartir su cuerpo
obtuvo sólo una
mirada.
Pericles Anastasiades, el año de
1895
Para Raúl Lecuona Rodríguez
Vagos, son ya, los rostros de su
rostro
vaga, también, la forma de sus manos
lejos, está, su aliento de
mi boca
su pequeña estatura
sus quince años
Sólo un ayer ocupa mi
memoria
nuestro pequeño amor
nuestro pequeño mes
hace diez lunas
De repente
en la alta noche
tus ojos, de púrpura vestidos,
tus
labios
labios de un amor apresurado
tus largos brazos
brazos de
inolvidable carnadura
aparecen
¡Cuanto he perdido buen Dios
Cuanto
he perdido!
Portero de noche
Bajo el arduo sopor del mediodía
Vuelvo y veo tus ojos, esa noche.
Al volver abriste la puerta
y para verme mejor preguntaste la
hora:
eran la una y cuarto.
Tu cuerpo exigía otro cuerpo.
Y eso
obtuviste.
Servicio de placer
De cada noche que vivimos
recuerdo implacable tus caderas.
Como nunca, nadie
ofreció iguales placeres.
Como nunca,
nadie
extrajo de mí la vida.
Dicen que ahora otro,
tan alto como
yo,
complace tus caprichos
y los de tus padres.
Soy sólo un
escribano
y debo componer
tres mil caracteres cada día.
Apenas sirvo
para dar placer.
Tardes
Nada fue fácil para él.
Nada difícil.
El tiempo dispuso
para su corazón
buenas y malas tardes
hasta cuando sufrió el desdén,
la
frialdad, la escasez de una mirada.
Se duele el hombre en lo que ama
se duele la mujer.
Los
tiempos han dispuesto
buenas o malas tardes.
Una barba de Camden
Mientras más te cerque el día definitivo
mayores goces encontrará la
carne.
Busca una joven y cantarás con ella
lo que une y entrelaza.
A vuestro alrededor,
jóvenes rozagantes
se disponen a tocar tus
brazos.
1975
La delicia de las cosas
reposa en el paladar.
Desgraciado
quien llegado a los treinta
sólo ha probado un lado del placer
y
gustado sólo una caricia.