"Sin límites la noche, pura, despierta, sola,
solícita al amor, Angel de todo gesto..."
"Nude"
Christoffer
Wilhelm
Reseña biografica
Poeta uruguaya nacida en
Montevideo en 1920.
Además de poeta, fue crítica literaria, traductora,
compositora y educadora.
En 1985, tras la dictadura, obtuvo la Cátedra de Literatura Uruguaya en la
Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación de la Universidad de la República.
De sus traducciones sobresalen los trabajos realizados sobre Shakespeare,
reconocidos ampliamente por la crítica.
Su personalidad y sus convicciones la llevaron durante muchos años a
rechazar cualquier tipo de promoción de su
nombre y de su obra. A pesar de ello, obtuvo varios premios internacionales
y ha sido traducida a otros idiomas.
Sus poemas, dotados de gran
musicalidad, se agruparon en títulos como «La suplicante», «Poemas de amor»,
«Nocturnos» y «poesia».
Falleció en Montevideo en abril de 2009. ©
Amor
Buscamos...
Carta II
Comparación
Concédeme esos cielos, esos mundos
dormidos...
Cuando compre un espejo
para el baño...
Cuando una boca suave dormida besa...
Cuándo ya noches mías...
Decir no...
Desnudez total
Después
Dónde el sueño cumplido...
El amor
El fuego
El mar no es más que un pozo
de agua oscura...
El olvido
Entre tus
brazos...
Escribo, pienso, leo...
Eso
Estás solo, lo mismo...
Estoy temblando...
La noche
Lo que siento por ti es tan difícil...
Mediodía
No supiste
No te
amaba...
Pasa se va se
pierde...
Quiénes son quiénes son...
Si muriera esta noche...
Tal vez no era pensar, la fórmula, el
secreto...
Tan arduamente el mar...
Tarde
Todo es muy simple
Un huésped
Vive
Ya no será...
Amor
Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del
recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la
voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no
tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una
noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin
lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.
Buscamos...
Buscamos
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y
asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en
un gemido.
Carta II
Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.
Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo
quiero-.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.
Cuando la luz se acabe
sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.
Iré a cenar
es claro.
Pero en algún momento
me volveré a
este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en
la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la
noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.
Comparación
Como
en la playa virgen
dobla el viento
el leve junco verde
que dibuja
un delicado círculo en la arena
así en mí
tu recuerdo.
Concédeme esos cielos, esos mundos
dormidos...
Concédeme esos cielos, esos
mundos dormidos,
el peso del silencio, ese arco, ese abandono,
enciéndeme las manos,
ahóndame la vida
con la dádiva dulce que te
pido.
Dame la luz sombría,
apasionada y firme
de esos cielos lejanos, la armonía
de esos mundos
sellados,
dame el límite mudo, el detenido
contorno de esas lunas de
sombra,
su contenido canto.
Tú, el negado, da todo,
tú, el poderoso, pide,
tú, el silencioso, dame la dádiva dulcísima
de
esa miel inmediata y sin sentido.
Cuando compre un espejo para el baño...
Cuando compre un espejo para el baño
voy a verme la cara
voy a
verme
pues qué otra manera hay decíme
qué otra manera de saber quién
soy.
Cada vez que desprenda la cabeza
del fárrago de libros y de hojas
y que la lleve hueca atiborrada
y la deje en reposo allí un momento
la
miraré a los ojos con un poco
de ansiedad de curiosidad de miedo
o
sólo con cansancio con hastío
con la vieja amistad correspondiente
o
atenta y seriamente mirarme
como esa extraña vez-mis once años-
y me
diré mirá ahí estás
seguro
pensaré no me gusta o pensaré
que esa
cara fue la única posible
y me diré esa soy yo ésa es idea
y le
sonreiré dándome ánimos.
Cuando una boca suave boca dormida besa...
Cuando una boca suave boca
dormida besa
como muriendo entonces,
a veces, cuando llega más allá de
los labios
y los párpados caen colmados de deseo
tan silenciosamente
como consiente el aire,
la piel con su sedosa tibieza pide noches
y la
boca besada
en su inefable goce pide noches, también.
Ah, noches
silenciosas, de oscuras lunas suaves,
noches largas, suntuosas, cruzadas
de palomas,
en un aire hecho manos, amor, ternura dada,
noches como
navíos...
Es entonces, en la alta pasión, cuando el que besa
sabe ah,
demasiado, sin tregua, y ve que ahora
el mundo le deviene un milagro
lejano,
que le abren los labios aún hondos estíos,
que su conciencia
abdica,
que está por fin él mismo olvidado en el beso
y un viento
apasionado le desnuda las sienes,
es entonces, al beso, que descienden
los párpados,
y se estremece el aire con un dejo de vida,
y se
estremece aún
lo que no es aire, el haz ardiente del cabello,
el
terciopelo ahora de la voz, y, a veces,
la ilusión ya poblada de muertes
en suspenso.
Cuándo ya noches mías...
Cuándo ya noches mías
ignoradas e intactas,
sin roces.
Cuándo aromas sin mezclas
inviolados.
Cuándo yo estrella fría
y no flor en un ramo de colores.
Y cuando ya mi vida,
mi ardua vida,
en soledad
como una lenta
gota
queriendo caer siempre
y siempre sostenida
cargándose,
llenándose
de sí misma, temblando,
apurando su brillo
y su retorno
al río.
Ya sin temblor ni luz
cayendo oscuramente.
Decir no...
Decir no
decir no
atarme al mástil
pero
deseando que el viento
lo voltee
que la sirena suba y con los dientes
corte las cuerdas y me
arrastre al fondo
diciendo no no no
pero siguiéndola.
Desnudez total
Ya en desnudez total
extraña ausencia
de procesos y fórmulas y métodos
flor a flor,
ser
a ser,
aún con ciencia
y un caer en silencio y sin objeto.
La angustia ha devenido
apenas un sabor,
el dolor ya no cabe,
la tristeza no alcanza.
Una forma durando sin sentido,
un color,
un estar por estar
y
una espera insensata.
Ya en desnudez total
sabiduría
definitiva, única y helada.
Luz a luz
ser a ser,
casi en amiba,
forma, sed, duración,
luz
rechazada.
Después
Es otra
acaso es otra
la que va recobrando
su pelo su vestido su manera
la
que ahora retoma
su vertical
su peso
y después de sesiones lujuriosas y tiernas
se sale por la puerta entera y pura
y no busca saber
no necesita
y
no quiere saber
nada de nadie.
Dónde el sueño cumplido...
Dónde el sueño cumplido
y dónde el loco amor
que todos
o
que algunos
siempre
tras la serena máscara
pedimos de rodillas
El amor
Un pájaro me canta
y yo le canto
me gorgojea al oído
y le gorgojeo
me hiere y yo le sangro
me destroza
lo quiebro
me deshace
lo
rompo
me ayuda lo
levanto
lleno todo de paz
todo de guerra
todo de odio de amor
y desatado
gime su voz y gimo
ríe y río
y
me mira y lo miro
me dice y yo le digo
y me ama y lo amo
- no se
trata de amor
damos la vida-
y me pide y le pido
y me vence y lo
venzo
y me acaba y lo acabo.
El fuego
Sin él
aquí
sin él.
Su fuego susurrando.
El mar no es más que un pozo de
agua oscura...
El mar no es más que un pozo de agua oscura,
los astros sólo son barro
que brilla,
el amor, sueño, glándulas, locura,
la noche no es azul, es
amarilla.
Los astros sólo son barro que brilla,
el mar no es más que un pozo de
agua amarga,
la noche no es azul, es amarilla,
la noche no es
profunda, es fría y larga.
El mar no es más que un pozo de agua amarga,
a pesar de los versos de
los hombres,
el mar no es más que un pozo de agua oscura.
La noche no es profunda, es fría y larga;
a pesar de los versos de
los hombres,
el amor, sueño, glándulas, locura.
El olvido
Cuando una boca suave boca
dormida besa
como muriendo entonces,
a veces, cuando llega más allá de
los labios
y los párpados caen colmados de deseo
tan silenciosamente
como consiente el aire,
la piel con su sedosa tibieza pide noches
y la
boca besada
en su inefable goce pide noches, también.
Ah, noches silenciosas, de oscuras lunas suaves,
noches largas,
suntuosas, cruzadas de palomas,
en un aire hecho manos, amor, ternura
dada,
noches como navíos...
Es entonces, en la alta pasión, cuando el que besa
sabe ah,
demasiado, sin tregua, y ve que ahora
el mundo le deviene un milagro
lejano,
que le abren los labios aún hondos estíos,
que su conciencia
abdica,
que está por fin él mismo olvidado en el beso
y un viento
apasionado le desnuda las sienes,
es entonces, al beso, que descienden
los párpados,
y se estremece el aire con un dejo de vida,
y se
estremece aún
lo que no es aire, el haz ardiente del cabello,
el
terciopelo ahora de la voz, y, a veces,
la ilusión ya poblada de muertes
en suspenso.
Entre tus
brazos...
Entre tus brazos
entre
mis brazos
entre las blandas sábanas
entre la noche
tiernos
solos
feroces
entre la sombra
entre las horas
entre
un antes
y un después.
Escribo, pienso, leo...
Escribo
pienso
leo
traduzco veinte páginas
oigo el informativo
escribo
escribo
leo.
Dónde estás
dónde estás.
Eso
Mi cansancio
mi angustia
mi alegría
mi pavor
mi humildad
mis noches todas
mi nostalgia
del año
mil novecientos treinta
mi sentido común
mi rebeldía.
Mi desdén
mi crueldad y mi congoja
mi abandono
mi llanto
mi
agonía
mi herencia irrenunciable y dolorosa
mi sufrimiento
en fin
mi pobre vida.
Estás solo, lo mismo...
Estás solo, lo mismo.
Yo
no toco tu vida, tu soledad, tu frente,
yo no soy en tu noche más que un
lago, una copa,
más que un profundo lago,
en que puedes beber aun
cerrados los ojos,
olvidado.
soy para ti como otra oscuridad, otra
noche,
anticipo de la muerte,
lo que llega en el día frío el hombre
espera, aguarda,
y llega y él se entrega a la noche, a una boca,
y el
olvido total lo ciega y lo anonada.
Sin límites la noche,
pura, despierta, sola,
solícita al amor, Angel de todo gesto...
Estás solo, lo mismo.
Ebrio, lúcido, azul, olvidado del alma,
concédete a la hora.
Estoy temblando...
Estoy temblando
está
temblando el árbol desnudo y en espejos
cantando
y cantando está la
luna
riendo
sin silencios
la lírica y romantica
flauta y en
cielo en hoz
por vez primera
se abren su luz cereza y el estiércol.
No se pueden quejar ni las mañanas
ni el ardiente sopor que por lo
estéril
no canto más no canto
ni puedo deshacer en primavera
ni
negarla y beber
ni matar sin querer
ni andar a tientas
ya que el
aire está duro
y hay monedas locuras
esperando
la marca del el agua
en desazón riendo
riéndose riendo.
Ah si encono si entonces
ya no
quiero
ya no pude se pasa nunca alcanza
una ola se vaga la marea
se
desconcierta así
y el sol no existe aquí más que en palabras
Pero en
cambio en el cielo
caben muchas pero muchas. A veces
se molestan se muerden
en los labios.
La noche
Es un oro imposible de
comprender, un acabado
silencio que renace y se incorpora.
Las manos
de la noche buscan el aire, el aire
se olvida sobre el mar,
el mar
cerrado,
el mar,
solo en la noche, envuelto
en su gran soledad,
el hondo mar agonizando en vano...
El mar oliendo a algas moribundas y al
sol,
la arena a musgo, a cielo, el cielo
a estrellas. La alta noche
sin voces
deviniendo en sí misma, inagotada y plena,
es la mujer total
con los ojos serenos
y el hombre silencioso olvidado en la playa,
el
alto, el poderoso, el triste,
el que contempla,
conoce su poder que
crea, ordena el mundo,
se vuelve a su conciencia que da fe de las cosas,
y el haz de los sentidos le limita la noche.
Concédeme esos cielos, esos mundos dormidos,
el peso del silencio,
ese arco, ese abandono,
enciéndeme las manos,
ahóndame la vida
con
la dádiva dulce que te pido.
Dame la luz sombría, apasionada y firme
de esos cielos lejanos, la armonía
de esos mundos sellados,
dame el
límite mudo, el detenido
contorno de esas lunas de sombra,
su
contenido canto.
Tú, el negado, da todo,
tú, el poderoso, pide,
tú,
el silencioso, dame la dádiva dulcísima
de esa miel inmediata y sin
sentido.
Estás solo, lo mismo.
Yo no toco tu vida, tu soledad, tu frente,
yo no soy en tu noche más que un lago, una copa,
más que un profundo
lago,
en que puedes beber aun cerrados los ojos,
olvidado.
soy para
ti como otra oscuridad, otra noche,
anticipo de la muerte,
lo que
llega en el día frío el hombre espera, aguarda,
y llega y él se entrega a
la noche, a una boca,
y el olvido total lo ciega y lo anonada.
Sin
límites la noche,
pura, despierta, sola,
solícita al amor, Angel de
todo gesto...
Estás solo, lo mismo.
Ebrio, lúcido, azul, olvidado del
alma,
concédete a la hora.
Lo que siento por ti es tan difícil...
Lo que siento por ti es tan
difícil.
No es de rosas abriéndose en el aire,
es de rosas abriéndose
en el agua.
Lo que siento por ti. Esto que rueda
o se quiebra con tantos gestos tuyos
o que con tus palabras
despedazas
y que luego incorporas en un gesto
y me invade en las horas amarillas
y me deja una dulce sed doblada.
Lo que siento por ti, tan doloroso
como pobre luz de las estrellas
que llega dolorida y fatigada.
Lo que
siento por ti, y que sin embargo
anda tanto que a veces no te llega.
Mediodía
Transparentes los aires,
transparentes
la hoz de la mañana,
los blancos montes tibios, los
gestos de las olas,
todo ese mar, todo ese mar que cumple
su profunda
tarea,
el mar ensimismado,
el mar, a esa hora de miel en que el
instinto
zumba como una abeja somnolienta...
Sol, amor, azucenas
dilatadas, marinas,
Ramas rubias sensibles y tiernas como cuerpos,
vastas arenas pálidas.
Transparentes los aires, transparentes
las
voces, el silencio.
A orillas del amor, del mar, de la mañana,
en la
arena caliente, temblante de blancura,
cada uno es un fruto madurando su
muerte.
No supiste
Pobre mi amor
creíste
que era así
no supiste.
Era más rico que
eso
era más pobre que eso
era la vida y tú
con los ojos cerrados
viste tus pesadillas
y dijiste
la vida.
No te amaba...
No te amaba
no te amo
bien sé que no
que no
que es la hora
es la luz
la tarde de verano.
Lo sé
pero te amo
ahora te amo
hoy
esta tarde te amo
como te amé otras tardes
desesperadamente
con ciego amor
con ira
con tristísima ciencia
más allá de deseos
o ilusiones
o esperas
y esperando no obstante
esperándote
viendo
que venías
por fin
que llegabas
de paso.
Pasa se va se pierde...Pasa se va se
pierde
no se detiene
fluye
mana incansablemente
se escapa de las manos
corre vuela a su fin
se desliza
se apaga
se aniquila
se extingue
se deshace
se acaba.
Quiénes son quiénes son...
Alma, Azul, Poema, Numen
Quiénes son quiénes son
metidos en mi vida
imponiendo ternura
espectros como yo
momentáneos y vanos
iguales a las hojas que pudre cada otoño
y no dejan memoria.
Quiénes son quiénes son.
Son éstos y no otros
de antes de después
frutos de muerte son
sin remedio sin falta
irremisiblemente
antes o después
muertos
tan fugazmente cálidos alentando y erguidos
y amando
por qué no
amando sin pavor
sin conjugarse nunca
la otra alma el otro cuerpo
la otra efímera vida.
Quiénes son quiénes son.
Qué camada de muertos para el suelo que pisan
qué tierra entre la tierra mañana
y hoy en mí
qué fantasmas de tierra obligando mi amor.
Si muriera esta noche...
Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito
feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si
ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el
afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera
un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya
no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto...
Tal vez no era pensar, la
fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez
pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de
la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de
muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores
quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al
evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez
no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida,
ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un
profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y
de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este
destino mío
en música inefable. O necesariamente...
Tan arduamente el mar...
Tan arduamente el mar,
tan arduamente,
el lento mar inmenso,
tan largamente en sí,
cansadamente,
el hondo mar eterno.
Lento mar, hondo mar,
profundo mar inmenso...
Tan lenta y honda y
largamente y tanto
insistente y cansado ser cayendo
como un llanto,
sin fin,
pesadamente,
tenazmente muriendo...
Va creciendo sereno desde
el fondo,
sabiamente creciendo,
lentamente, hondamente, largamente,
pausadamente,
mar,
arduo, cansado mar,
Padre de mi silencio.
Tarde
Cuerpos tendidos, cuerpos
infinitos, concretos, olvidados del frío
que los irá inundando, colmando
poco a poco.
Cuerpos dorados, brazos, anudada tibieza
olvidando la
sombra ahora estremecida,
detenida, expectante, pronta para emerger
que escuda la piel ciega.
Olvidados también los huesos blancos
que
afirman que no es un sueño cada vida,
más fieles a la forma que la piel,
que la sangre, volubles, momentáneas.
Cuerpos tendidos, cuerpos
sometidos, felices, concretos,
infinitos...
Surgen niños alegres,
húmedos y olorosos,
jóvenes victoriosos, de pie, como su instinto,
mujeres en el punto más alto de dulzura,
se tienden, se alzan, hablan,
habla su boca, esa un día disgregada,
se incorporan, se miran, con
miradas de eternos.
Todo es muy simple
Todo es muy simple mucho
más simple y sin embargo
aún así hay momentos
en que es demasiado para mí
en que no entiendo
y no sé si reírme a carcajadas
o si llorar de miedo
o estarme aquí sin llanto
sin risas
en silencio
asumiendo mi vida
mi tránsito
mi tiempo.
Un huésped
No sos mío
no estás
en mi vida
a mi lado
no comés en mi mesa
ni reís ni cantás
ni vivís para mí.
Somos ajenos
túy yo misma
y mi casa.
Sos un extraño
un
huésped
que no busca no quiere
más que una cama
a veces.
Qué puedo hacer
cedértela
pero yo vivo sola.
Vive
Aquel amor
aquel
que tomé con la punta de los dedos
que dejé que olvidé
aquel
amor
ahora
en unas líneas que
se caen de un cajón
está ahí
sigue estando
sigue diciéndome
está doliendo
está
todavía
sangrando.
Ya no será...
Ya no será,
ya no viviremos juntos, no criaré a tu hijo
no coseré
tu ropa, no te tendré de noche
no te besaré al irme, nunca sabrás quien
fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad lo que
dijiste que era,
ni quién fuiste, ni qué fui para ti
ni cómo hubiera
sido vivir juntos,
querernos, esperarnos, estar.
Ya no soy más que yo para siempre y tú
Ya no serás para mí más que
tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives, con quién
ni si
te acuerdas.
No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No
te veré morir.