
Apuro sediento tu tierno gemido, tu intimidad que me embriaga y ardiente, la lengua del dulce deseo, pasión cuyo vino no sacia...
A las lágrimas en una ausencia
Reconoce lo imposible..
A las lágrimas en una ausencia
Este dolor oculto trasladado
de lo
interior del alma a los sentidos,
por concepto del pecho despedidos,
en cristales sangrientos explicado.
Esta postrera esencia del
cuidado,
destilada de afectos oprimidos,
si un tiempo fue la voz a
tus oídos,
hoy es de mis finezas el sagrado.
en las aras que erige mi
tristeza,
halle la culpa de vivir sin verte
de tus desconfianzas
acogida.
Y mientras llega la postrer
fineza,
recibe, Celia, en prendas de mi muerte
estas señales de mi
triste vida.
Reconoce lo imposible...
Alma, no puede
ser, estás cautiva,
a redimirte en vano te dispones,
¿qué
importará que limes las prisiones,
si has de quedar esclava y
fugitiva?
no en la
cadena, por dureza esquiva,
admiración ni lástima propones,
que de
la fuerza de sus eslabones
no hay libertad que sin envidia viva.
Forjólos el
amor de la belleza,
en que mezcló el cariño y el recato
la
discreción, la gala, talle y brío.
No será que se
gaste tu fineza,
ni se podrá romper, que con el trato,
ha perdido
la fuerza el albedrío.
Apuro sediento tu tierno gemido, tu intimidad que me embriaga y ardiente, la lengua del dulce deseo, pasión cuyo vino no sacia...