
Apuro sediento tu tierno gemido, tu intimidad que me embriaga y ardiente, la lengua del dulce deseo, pasión cuyo vino no sacia...
"...Escribo en el olvido, en
cada fuego
de la noche cada rostro de ti..."
"Tree of
Forgiveness"
Edward
Burne-Jones
Reseña biografica
Poeta
argentino nacido en Buenos Aires en 1930.
Hijo de inmigrantes rusos, se
inició en la poesia desde muy pequeño, orientado por su hermano Boris quien
fue
un lector compulsivo. Abandonó su carrera de Química para dedicarse por
completo al destino de las letras.
Salió de Argentina en 1976 durante la
dictadura militar y vivió en el exilio en México, donde decidió fijar la
residencia
en forma definitiva.
De su obra poética se destacan las siguientes
publicaciones:«Violín y otras cuestiones» en 1956, «En el juego en que
andamos»
en 1959, «Gotán» en 1962, «Los poemas de Sidney West» en 1969,
«Fábulas» en 1970, «Salarios del impío» en 1993,
«Sombra de vuelta y de ida» en 1997, «Incompletamente» en 1997 y
«Salarios del impío y otros poemas» en 1998.
En 1997 obtuvo el
Premio Nacional de poesia en Argentina, el premio Juan Rulfo
en el año 2000, en 2004 el Premio Iberoamericano de poesia Ramón
López Velarde, en 2005 los premios Iberoamericano Pablo Neruda
y
Reina Sofía de poesia,
y en el año 2007 el Premio Cervantes.©s
Alza tus brazos...
Ausencia de amor
Certezas
Comentario I
Costumbres
El juego en que andamos...
Epitafio
Escribo en el olvido...
Fábricas del amor
Gotán
La economía es una ciencia
La muchacha del balcón
La puerta
La rueda
La secreta dulzura del
dolor...
Límites
Lo que cava...
Lo que pasa
Mujeres
Nota I
Nota V
Nota XXII
Nota XXIV
Nota XXVII
Opiniones
Oración
Oración de un desocupado
Otro mayo
Poco se sabe
Preguntas
Presencia del otoño
Saber
Sefiní
Si dulcemente
por tu cabeza pasaban las olas...
Te nombraré veces y veces
Una mujer y un hombre
Alza tus brazos...
Alza tus brazos,
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la
noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe
del amor.
Entiérrame la sombra,
lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero
amarte libre.
Tú destruyes el mundo
para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.
Ausencia de amor
Cómo será
pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será
acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu
recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya
como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me
comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo
que debiera.
Tu pie. Tu mano.
Certezas
A ver cómo es.
Estaba quieta la inquietud por una vez.
La desazón en sazón y
¡cómo se parecía el mundo a Gerarda
envuelta en sensaciones de encaje!
Las palabras chocan contra la tarde
/y no la descomponen.
La furia no me deja solo conmigo.
Habrá que recortar la sombra militar.
¡Camaradas especialistas en esperar cansancios:
apaguen el amor dudoso
que baja humilde y despacito!
Hasta el revés del cosmos morirá!
Comentario I
(Santa teresa)
querido amor que partís como un pájaro
acostado sobre los horizontes
¿estará bien darnos todos al todo/sin
ser parte de nada/ni siquiera del vuelo que
te lleva?/¿piensan hermanas y hermanos
que rodeando se puede llegar/o
partiendo y quedándose a la vez se llega
a la unidad buscada como manjar celeste?
o sea/dura es la vida o esta
salud que cavo para encontrarte como luz!
o palabra/ramita donde te poses como
la mano tuya sobre mi corazón
Costumbres
no es para quedarnos en casa
que hacemos una casa
no es para quedarnos en el amor que amamos
y
no morimos para morir
tenemos sed y
paciencias de animal
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos
muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo
elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por
impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes
desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
Epitafio
Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero
a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre
debe serlo!
Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.
Escribo en el olvido...
Escribo en
el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.
Hay una
piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he
fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera
de mí,
me perteneces extranjera.
Fábricas del amor
Y construí
tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los
lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté
del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner
dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por
la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos
crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué
infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al
fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela
invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años
y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.
Gotán
Esa mujer se parecía a
la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me
instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo
gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas
bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron
ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora
llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo
tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté
voy a
pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la
última vez.
La economía es una ciencia
En el decenio que
siguió a la crisis
se notó la declinación del coeficiente de ternura
en todos los países considerados
o sea
tu país
mí país
los
países que crecían entre tu alma y mi alma
de repente duraban un instante y antes de irse
o desaparecer
dejaban caer sábanas
llenas de nuestros sexos
que salían volando alrededor como
perdices.
¿Quiere decir que cada vez que hicimos el amor
dejábamos nuestros sexos allí,
y ellos seguían vivitos y coleando
como perdices suavísimas?
Qué raro, mirá que lavábamos las sábanas
con subordinación y valor
para que los jugos de la noche pasada
no inauguraran el pasado
y ningún pasado pusiera una oficina
entre nosotros
para ordenarnos el hoy
porque el alma amorosa es desordenada y
perfecta
tiene mucha limpieza y lindura
se necesita todo un Dios
para encerrarla
como le pasó a Don Francisco
que así pudo cruzar
el agua fría de la muerte.
Es bien raro eso de nuestros sexos volando
pero recuerdo ahora que cada vez que yo entraba en tu sexo
y me
bañaban tus espumas purísimas con impaciencia
y dulzura y valor
me
parecía oír un pajarerío en el bosque de vos
como amor encendiendo
otro amor,
o más, es cierto que cada vez nuestros sexos resucitaban
y se ponían a dar vueltas entre ellos
como maripositas encandiladas
por el fuego
y se querían morir de nuevo
buscando incesantemente la libertad
y había un país entre la vida
y la muerte
donde todo era consolación y hermosura
y no poseíamos
nuestro corazón
y nuestros sexos se perdían como almas en la noche
y nunca más los volvíamos a ver para entender
estudio los índices de
la tasa de inversión bruta
los índices de la productividad marginal
de las inversiones
los índices de crecimiento del producto amoroso
otros índices que es aburrido hablar aquí
y no entiendo nada.
La
economía es bien curiosa
al pequeño ahorrista del alma lo engañan en
Wall Street
los sueldos de la ternura son bajos
subsiste la
injusticia en el mercado mundial del amor,
el aprendiz está rodeado
de nubes que parecen elefantes,
eso no le da dicha ni desdicha
en
medio de las razones
las redenciones
las resurrecciones.
Se
lleva el alma a la nariz para sentir tus perjúmenes
estoy viendo
volar los pajaritos que te salían del sexo
mejor dicho
de más allá
todavía
de todo lo que valías
o brillabas
o eras
y dabas
como jugos de la noche.
La muchacha del balcón
La tarde bajaba por esa calle junto al puerto
Con paso lento,
balanceándose, llena de olor,
Las viejas casas palidecen en tardes
como ésta,
Nunca es mayor su harapienta melancolía
Ni andan más
tristes de paredes,
En las profundas escaleras brillan
fosforescencias como de mar,
ojos muertos tal vez que miran a la
tarde como si recordaran,
eran las seis, una dulzura detenía a los
desconocidos,
una dulzura como de labios de la tarde, carnal,
carnal,
los rostros se ponen suaves en tardes como ésta,
arden con
una especie de niñez
contra la oscuridad, el vaho de los dancings.
Esa dulzura era como si cada uno recordara a una mujer
Sus muslos
abrazados, la cabeza en su vientre,
El silencio de los desconocidos
Era un oleaje en medio de la calle
Con rodillas y rostros de ternura
chocando
Contra el "New Inn", las puertas, los umbrales de color
abandono.
Hasta que la muchacha se asomó al balcón
de pie
sobre la tarde íntima como su cuarto con la cama deshecha
donde todos
creyeron haberla amado alguna vez
antes de que viniera el olvido.
La puerta
abrí la puerta/amor mío
levantá/abrí la puerta
tengo el alma
pegada al paladar
temblando de terror
el jabalí del monte me pisoteó
el asno salvaje me persiguió
en
esta media noche del exilio
soy yo mismo una bestia
La rueda
El arco o puente que va
de tu mano a la mía cuando
no se tocan,
abre
una flor intermedia.
¿Qué toca, qué retoca, qué trastoca
ese vacío de las manos
solas en su fatiga?
Nace una flor, sí,
se agosta en mayo como una
equivocación de la
lengua
que se equivoca , sí.
¿Por qué este horror?
En la página
de nosotros mismos
tu cuerpo escribe.
La secreta dulzura del
dolor...
la secreta dulzura del dolor
es transparencia/sale
de la
furiosa resignación del sueño/
suena en la boca del perdido
en su origen/en su
rumor de existencia que
le clava la cabeza
al gran espanto/
al doble andar/al doble hilo/a la
no verdad del estar como no estar/
el vuelo torpe que los cría/
lo que rompe la luz/memoria
confusa por sus números/
pecho que dura como huella/
la nada
que te ama/
Límites
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?
Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.
Lo que cava
La sangre corcovea
en todos los rincones, en
el alma superior, en su orgullo,
en los perros con olor a furia.
El ser amado convierte
la humillación en asombro y vengo aquí
para
decir que te amo. El domingo
del payaso prueba la desolación.
La
emoción contra la pared
espera que la fusilen.
Nuestros cuerpos
conocen esa pared.
Es una atadura del sol
que cava y cava.
Lo que pasa
Yo te
entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es
más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de
otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y
dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te
di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la
luz.
Mujeres
decir que esa mujer era dos mujeres es decir poquito debía tener unas
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mujeres en su mujerera difícil saber con quién trataba uno en ese
pueblo de mujeres ejemplo:
yacíamos en un lecho de amor
ella era un alba de algas
fosforescentes
cuando la fui a abrazar se convirtió en singapur llena de perros que
aullaban
recuerdo cuando se
apareció envuelta en rosas de agadir
parecía una constelación en la
tierra
parecía que la cruz del sur había bajado a la tierra
esa mujer
brillaba como la luna de su voz derecha
como el sol que se ponía en su voz
en las rosas estaban
escritos todos los nombres de esa mujer menos uno
y cuando se dio vuelta
su nuca era el plan económico
tenía
miles de cifras y la balanza de muertes favorables a la
dictadura militar
nunca sabía uno adónde iba a parar esa mujer
yo estaba ligeramente desconcertado
una noche le golpié el
hombro para ver con quién era y vi en sus
ojos
desiertos un camello
a veces
esa mujer era la banda municipal
de mi pueblo
tocaba dulces valses hasta que el trombón empezaba a desafinar
y
los demás desafinaban con él
esa mujer tenía la memoria desafinada
usté podía amarla
hasta el delirio
hacerle crecer días del sexo tembloroso
hacerla volar como
pajarito de sábana
al día siguiente se despertaba hablando de malevich
la
memoria le andaba como un reloj con rabia
a las tres de la tarde se acordaba del mulo que le pateó la infancia
una noche del ser
ellaba mucho esa mujer y
la devoraron todos los fantasmas que pudo
alimentar con sus miles de mujeres
y era una banda municipal desafinada
yéndose por las sombras de
la placita de mi pueblo
yo compañeros una noche como ésta que nos empapan
los rostros que a lo mejor morimos
monté en el camellito que
esperaba en sus ojos y me fui de las costas tibias de esa mujer
callado como un niño bajo los gordos buitres que me comen de
todo menos el pensamiento de cuando ella se unía como un
ramo de dulzura y lo tiraba en la tarde
Nota I
te nombraré veces y veces.
me acostaré con vos noche y día.
noches y días con vos.
me ensuciaré cogiendo con tu sombra.
te mostraré mi rabioso corazón.
te pisaré loco de furia.
te mataré los pedacitos.
te mataré
uno con paco.
otro lo mato con rodolfo.
con haroldo te mato un pedacito más.
te mataré con mi hijo en la mano.
voy a venir con diana y te
mataré.
voy a venir con jote y te mataré.
te voy a matar, derrota.
nunca me faltará un rostro amado para
matarte otra vez.
vivo o muerto/un rostro amado.
hasta que
mueras
dolida como estás/ya lo sé.
te voy a matar/yo
te voy a matar.
Nota V
no echés a la tristeza del fogón/
siéntese aquí a mi lado/vieja/
usted nunca me va a dejar/
perdonemé si la olvidé
si anduve de rabia en rabia
saliendo de un muerto entrando
a
otro muerto o mundo roto/
si así viaje todos estos años/
arrímese/tristeza/
que me hace tanta furia
y tanto puerto
muerto y
necesito viajar/viajar
Nota XXII
huesos que fuego a tanto amor han dado
exiliados del sur sin casa o número
ahora desueñan tanto sueño
roto
una fatiga les distrae el alma
por el dolor pasean como
niños
bajo la lluvia ajena/una mujer
habla en voz baja con sus
pedacitos
como acunándoles no ser/o nunca
se fueron del país o patria
o puma
que recorría la belleza como
dicha infeliz/país de la memoria
donde nací/morí/tuve sustancia/
huesitos que junté para
encender/
tierra que me entierraba para siempre.
Nota XXIV
a ella
a la derrota o ley severa mi
alma sabió perder respeto/te amo/
cruza mi alma la agua fría donde
flotan los rostros de los compañeros
como envolvidos de tu piel la suave
o lámpara subida delicada
para que duerman delicadamente
subidamente en vos/llama que nombra
a cada sombra por su nido/dicha
o soledad de fuego para amor
donde descansen bellos mis muertitos
que siempre amaron rostros como vos
donde tu rostro avanza como vos
contra la pena de haber sido/ser
Nota XXVII
de lo posible a lo probable/del
sueño a la realidad hay como
mares/playas nocturnas donde
animales de pico descarnan
formas mojadas por los jugos
del corazón/así/viajamos
del
pecho al seco sol que dora
la maravilla/o existir
Opiniones
Un
hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba
locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la
opinión de la gendarmería
trepó sobre muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una
mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las
banderas.
Oración
Habítame,
penétrame.
Sea tu sangre una como mi sangre.
Tu boca entre a mi
boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus
pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu
dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la
madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta
sed quemándome.
La
soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Oración de un desocupado
Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me
enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que
lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas,
rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero
de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta
angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes,
la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia,
castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre,
bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,!
yo no robé, no
asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no
entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y
no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
Otro
mayo
cuando
pasabas con tu otoño a cuestas
mayo por mi ventana
y hacías
señales con la luz
de las hojas finales
¿qué me querías decir
mayo?
¿porqué eras triste o dulce en tu tristeza?
nunca lo supe
pero siempre
había un hombre solo entre los oros de la calle
pero yo era ese niño
detrás de la ventana
cuando pasabas mayo
como abrigándome los ojos
y el hombre sería yo
ahora que recuerdo
Poco se sabe
Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que
vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe
que
me di en la cara pensando en vos
PREGUNTAS
Ya que
navegas por mi sangre
y conoces mis límites,
y me despiertas en la
mitad del día
para acostarme en tu recuerdo
y eres furia de mi
paciencia para mí,
dime qué diablos hago,
por qué te necesito,
quien eres, muda, sola, recorriéndome,
razón de mi pasión,
por qué
quiero llenarte solamente de mí,
y abarcarte, acabarte,
mezclarme en tus cabellos
y eres única patria
contra las
bestias del olvido.
Presencia del otoño
Debí decir
te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus
puertas en el alma.
Amada, tú,
recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi
aire.
Vete por
él, amada.
No soy yo él que te ama este minuto.
Es él en mí, su
invento.
Un lento asesinato de ternura.
Saber
El poema nada en un viento y brilla.
No sabe quien es hasta
que lo arrastran aquí, donde
seguramente morirá
a la intemperie de
las bestias.
Me gustaría entender a las bestias
para entender mi
bestia. La
realidad hace gemir con jadeos de animal.
¿Qué gracia
fue ganada en su respiración?
Ninguna que no fuera perdida.
Abajo
de lo suave crepita la sospecha.
En estas manos.
Sefiní
basta por esta noche cierro
la puerta me pongo
el saco
guardo
los papelitos donde
no hago sino hablar de ti
mentir
sobre tu paradero
cuerpo que me has de temblar
Si
dulcemente por tu cabeza pasaban las olas...
si dulcemente por tu cabeza pasaban las olas
del que se tiró al mar/ ¿qué pasa con los hermanitos
que entierraron?/¿hojitas les crecen de los dedos?/¿arbolitos/
[otoños
que los deshojan como mudos?/en silencio
los hermanitos hablan de la vez
que estuvieron a dostres dedos de la muerte/sonríen
recordando/aquel alivio sienten todavía
como si no hubieran morido/como si
paco brillara y rodolfo mirase
toda la olvidadera que solía arrastrar
colgándole del hombro/o haroldo hurgando su amargura
[(siempre)
sacase el as de espadas/puso su boca contra el viento/
aspiró vida/vidas/con sus ojos miró la terrible/
pero ahora están hablando de cuando
operaron con suerte/nadie mató/nadie fue muerto/el enemigo
fue burlado y un poco de la humillación general
se rescató/con corajes/con sueños/tendidos
en todo eso los compañeros/mudos/
deshuesándose en la noche de enero/
quietos por fin/solísimos/ sin besos
Te nombraré veces y veces...
Te nombraré veces y
veces.
me acostaré con vos noche y día.
Noches y días con vos.
Me ensuciaré cogiendo con tu sombra.
Te mostraré mi rabioso corazón.
Te pisaré loco de furia.
Te mataré los pedacitos.
Te mataré una
con Paco.
Otro lo mato con Rodolfo.
Con Haroldo te mato un
pedacito más.
Te mataré con mi hijo en la mano.
Y con el hijo de
mi hijo muertito.
Voy a venir con Diana y te mataré.
Voy a
venir con José y te mataré.
Te voy a matar derrota.
Nunca me
faltará un rostro amado
para matarte otra vez.
Vivo o muerto un rostro amado
hasta que mueras
dolida como estás ya lo sé.
Te voy a matar yo
te voy a
matar.
Una mujer y un hombre llevados por la vida...
Una mujer
y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en
la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos
crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta
con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.
Apuro sediento tu tierno gemido, tu intimidad que me embriaga y ardiente, la lengua del dulce deseo, pasión cuyo vino no sacia...