
Apuro sediento tu tierno gemido, tu intimidad que me embriaga y ardiente, la lengua del dulce deseo, pasión cuyo vino no sacia...
"...¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?..."
"The three
ages of woman" (detalle)
Gustav Klimt
Reseña biografica
Poeta argentina nacida en
Buenos Aires en 1936.
Obtuvo su título en Filosofía y Letras por la
Universidad de Buenos Aires y posteriormente viajó a Paris
hasta 1964 donde estudió Literatura Francesa en La Sorbona y trabajó en el
campo literario colaborando
en varios diarios y revistas con sus poemas y traducciones de Artaud y
Cesairé, entre otros.
Es una de las voces más representativas de la
generación del sesenta y es considerada como una de las poetas
líricas y surrealistas más importantes de Argentina.
Su obra poética está
representada en las siguientes obras: «La tierra más ajena» en 1955, «La
última inocencia»
en 1956, «Las aventuras perdidas» en 1958, «Árbol de diana» en 1962, «Los
trabajos y las noches» en 1965,
«Extracción de la piedra de locura» en 1968, «El infierno musical» en 1971 y
«Textos de sombra y últimos poemas»,
publicación póstuma en el año 1982.
En 1972 falleció como consecuencia de
una profunda depresión. ©
"Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón.
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos".
A la espera de la oscuridad
Amantes
Anillos de ceniza
Árbol de Diana
Caminos del espejo
Cantora nocturna
Caroline de Gundorode
Cenizas
Cold
in hand blue
Cuarto solo
Despedida
El despertar
El sol,
el poema
En un ejemplar de "Les
chants de Maldoror"
Exilio
Fronteras inútiles
Hija del viento
Invocaciones
La enamorada
La mesa
verde
La última inocencia
La única herida
L'obscurité des eaux
Los trabajos y las noches
Madrugada
Más allá del olvido
Mendiga voz
Moradas
Mucho más allá
Naufragio inconcluso
Noche
Peregrinaje
Pido el silencio
Poema 3
Poema 35
Quién
alumbra
Reconocimiento
Revelaciones
Salvación
Signos
Solamente
Solamente en las
noches
Sombras de los días a venir
Sous la nuit
Sueño
Te hablo
Tiempo
Puedes escucharla en:
A la espera de la oscuridad
Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por
mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para
recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las
violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.
Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el
fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo
convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.
Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del
destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar
mariposas
A los niños muertos
Amantes
una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a
la delicada urgencia del rocío
De "Los trabajos y
las noches" 1965
Anillos de ceniza
A Cristina Campo
Son mis voces cantando
para que no canten ellos,
los
amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en
la lluvia.
Hay, en la espera,
un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando
viene el día,
una partición de sol en pequeños soles negros.
Y
cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca
asilo en mi garganta
para que no canten ellos,
los funestos, los
dueños del silencio.
Árbol de Diana
1
He dado el salto
de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la
tristeza de lo que nace.
2
Estas son las versiones que nos propone:
un agujero, una
pared que tiembla...
3
sólo la sed
el silencio
ningún encuentro
cuídate de mí
amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con
el vaso vacío
y de la sombra de su sombra
4
Ahora bien:
Quién dejará de hundir su mano en busca
del tributo
para la pequeña olvidada. El frío
pagará. Pagará el viento. La lluvia
pagará.
Pagará el trueno.
5
por un minuto de
vida breve
única de ojos abiertos
por un minuto de ver
en el
cerebro flores pequeñas
danzando como palabras en la boca de un mudo
6
ella se desnuda en
el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus
visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe
7
Salta con la
camisa en llamas
de estrella a estrella,
de sombra en sombra.
Muere de muerte lejana
la que ama al viento.
8
Memoria iluminada,
galería donde vaga
la sombra de lo que espero. No es verdad
que
vendrá. No es verdad que no vendrá.
9
A Aurora y Julio Cortázar
Estos huesos brillando en la noche,
estas palabras como piedras
preciosas
en la garganta viva de un pájaro petrificado,
este verde
muy amado,
este lila caliente,
este corazón sólo misterioso.
10
un viento débil
lleno de rostros doblados
que recorto en
forma de objetos que amar
11
ahora
en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de
mi mirada
12
no más las dulces metamorfosis de una niñ3; de seda
sonámbula ahora en la cornisa de niebla
su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento
13
explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un
barco llevándome
14
El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser
dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe.
15
Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño
no ejercer más
oficio de recién llegada.
16
has construido tu casa
has emplumado tus pájaros
has
golpeado al viento
con tus propios huesos
has terminado sola
lo
que nadie comenzó
17
Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos
días
sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se
encanta,
se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me
danzo y me
lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo
incendiado, su
espera en hogueras frías, su elemento místico, su
fornicación de nom-
bres creciendo solos en la noche pálida.)
20
a Laure Bataillon
dice que no sabe del miedo de la muerte
del amor
dice que tiene miedo de la muerte del amor
dice que el
amor es muerte es miedo
dice que la muerte es miedo es amor
dice
que no sabe
21
he nacido tanto
y doblemente sufrido
en la memoria de
aquí y de allá
22
en la noche
un espejo para la pequeña muerta
un espejo
de cenizas
23
una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del
mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse
los ojos
32
Zona de plagas donde la dormida come lentamente
su corazón
de medianoche.
33
alguna vez
alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
me iré como quien se va
34
la pequeña viajera
moría
explicando su muerte
sabios animales nostálgicos
visitaban su cuerpo caliente
35
a Ester
Singer
Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de
fuego,
de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche,
déjate caer y doler, mi vida.
37
más allá de cualquier
zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste transparencia
38
Este canto arrepentido, vigía detrás de mis poemas'
este canto me desmiente, me amordaza.
Caminos del espejo
I
Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual
es cierto.
II
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi
miedo como un pájaro del borde
filoso de la noche.
III
Como una niña de tiza rosada en un
muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.
IV
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.
V
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la
ofrenda, el ramo que abandona
el viento en el umbral.
VI
Cubre la memoria de tu cara con la
máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.
VII
La
noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los
alimentos fríos.
VIII
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en
el pozo, yo bebía, recuerdo.
IX
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de
revelaciones.
X
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida.
Párpados cosidos. Me olvidé.
Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
XI
Al
negro sol del silencio las palabras se doraban.
XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y
escribo. No, no estoy sola.
Hay alguien aquí que tiembla.
XIII
Aun si digo sol y luna y
estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.
XIV
La noche tiene la forma de un grito de lobo.
XV
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi
cadáver, yo fui en busca de quien soy.
Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.
XVI
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó
pues al mirar quién me aguardaba
no vi otra cosa que a mí misma.
XVII
Algo caía en el silencio.
Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
XVIII
Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El
agua tiembla llena de viento.
XIX
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una
mano desata tinieblas, una mano arrastra
la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a
la memoria del cuerpo,
he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.
Cantora nocturna
Joe, macht die Musik von damals nacht...
La que murió de su vestido azul está cantando.
Canta imbuida de
muerte al sol de su ebriedad.
Adentro de su canción hay un vestido azul, hay
un caballo blanco,
hay un corazón verde tatuado
con los ecos de los latidos de su
corazón
muerto.
Expuesta a todas las perdiciones, ella
canta junto a una niña
extraviada que es ella:
su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de
la
niebla verde en los labios y del frío gris en los
ojos, su voz
corroe la distancia que se abre entre
la sed y la mano que busca el
vaso.
Ella canta.
Cenizas
La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada
el aire
arroja odio
embellecido su rostro
con música.
Pronto nos iremos
Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor
pero no lágrimas.
¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero
no tengo mañana
Porque a Ti te...
La noche sufre.
Cold in hand blues
y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo
que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo
miedo
Caroline de Gundorode
en nastalgique je vagabandais
par l'infini.
C. de G.
a Enrique Molina
La mano de la enamorada del viento
acaricia la cara del ausente.
La alucinada con su «maleta de piel de
pájaro»
huye de sí misma con un cuchillo en la memoria.
La que fue
devorada por el espejo
entra en un cofre de cenizas
y apacigua a
las bestias del olvido.
Cuarto solo
Si te atreves a sorprender
la verdad de esta vieja pared;
y sus
fisuras, desgarraduras,
formando rostros, esfinges,
manos,
clepsidras,
seguramente vendrá
una presencia para tu sed,
probablemente partirá
esta ausencia que te bebe.
Despedida
Mata su luz un fuego abandonado.
Sube su canto un pájaro enamorado.
Tantas criaturas ávidas en mi silencio
y esta pequeña lluvia que me acompaña.
De "Los trabajos y
las noches" 1965
El despertar
A León Ostrov
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi
corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del
viento
a mis delirios
Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo
Ya no baila la
luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a
vivir a los muertos
Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre
Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de
poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar
a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.
Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada
Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia
estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue
¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para
reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las
luces encendidas?
¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?
El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las
sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en
piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les
enseñaron
que ya es demasiado tarde
Señor
Arroja los féretros de mi sangre
Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la
danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir
ayer
es decir hace siglos
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis
esperanzas
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo
De "Las aventuras perdidas" 1958
El sol, el poema
Barcos sobre el agua natal.
Agua negra, animal de olvido. Agua lila,
única vigilia.
El misterio soleado de las voces en el parque. Oh tan
antiguo.
En un ejemplar de
"Les chants de Maldoror"
Debajo de mi vestido ardía un campo con flores alegres
como los niños de la medianoche.
El soplo de la luz en mis huesos cuando escribo la palabra
tierra. Palabra o presencia seguida por animales perfumados;
triste como sí misma, hermosa como el suicidio; y que me
sobrevuela como una dinastía de soles.
De "El infierno musical" 1971
Exilio
A Raúl Gustavo Aguirre
Esta manía de saberme Angel,
sin
edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni
por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y
quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi
amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una
logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo Angeles,
Angeles bellos como cuchillos
que se elevan
en la noche
y devastan la esperanza.
Fronteras inútiles
un lugar
no digo un espacio
hablo de
qué
hablo de lo que no es
hablo de lo que conozco
no el
tiempo
sólo todos los instantes
no el amor
no
sí
no
un lugar de ausencia
un hilo de miserable unión.
Hija del viento
Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos
animales pequeños
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo
se halla a sí misma
porque no hay nadie.
Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y
eres más rica que la noche.
Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.
Invocaciones
Insiste en tu abrazo,
redobla tu furia ,
crea un espacio de
injurias
entre yo y el espejo,
crea un canto de leprosa
entre
yo y la que me creo.
La enamorada
ante la lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te
arrastra Alejandra no lo niegues.
hoy te miraste en el espejo
y te fuiste triste estabas sola
y
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió
enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado
oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de
angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las
puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer
enamorada fuiste tú
te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida
tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!
La
mesa verde
El sol como un gran animal demasiado amarillo. Es una suerte que nadie
me
ayude. Nada más peligroso, cuando se necesita ayuda, que recibir ayuda.
Pero a mi noche no la mata ningún sol.
¿Tendré tiempo para hacerme una máscara cuando emerja de la sombra?
Me pruebo en el lenguaje en que compruebo el peso de mis muertos.
El mar esconde sus muertos. Porque lo de abajo tiene que quedar abajo.
La última inocencia
Partir
en cuerpo y alma
partir.
Partir
deshacerse de las
miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre
anonadada
no más fila para morir.
He de partir
Pero arremete ¡viajera!
La única herida
¿Qué bestia caída
de pasmo
se arrastra por mi sangre
y quiere salvarse?
He aquí lo difícil:
caminar por las calles
y señalar el cielo
o la tierra.
L'obscurité des eaux
Escucho resonar el agua que cae en mi sueño.
Las palabras caen como
el agua yo caigo. Dibujo
en mis ojos la forma de mis ojos, nado en
mis
aguas, me digo mis silencios. Toda la noche
espero que mi
lenguaje logre configurarme. Y
pienso en el viento que viene a mí,
permanece
en mí. Toda la noche he caminado bajo la lluvia
desconocida. A mí me han dado un silencio
pleno de formas y visiones
(dices). Y corres desolada
como el único pájaro en el viento.
Los trabajos y las noches
Para reconocer en la sed mi emblema
para significar el único
sueño
para no sustentarme nunca de nuevo en el amor
he sido toda
ofrenda
un puro errar
de loba en el bosque
en la noche de los
cuerpos
para decir la palabra inocente
Madrugada
Desnudo soñado una noche solar.
He yacido días animales.
El viento y la lluvia me borraron
como a un fuego, como a un poema
escrito en un muro.
Más allá del olvido
alguna vez de un costado de la luna
verás caer los besos que brillan
en mí
las sombras sonreirán altivas
luciendo el secreto que gime
vagando
vendrán las hojas impávidas que
algún día fueron lo que
mis ojos
vendrán las mustias fragancias que
innatas descendieron
del alado son
vendrán las rojas alegrías que
burbujean intensas en el sol que
redondea las armonías
equidistantes en
el humo danzante de la pipa de mi amor
Mendiga voz
Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el
color del tiempo en un muro abandonado.
En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir. Tan cerca
saber que no hay.
Moradas
A Théodore Fraenkel
En la mano crispada de un muerto,
en la memoria de un loco,
en la tristeza de un niño,
en la mano que busca el vaso,
en el vaso inalcanzable,
en la sed de siempre.
Mucho más allá
¿ Y si nos vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?
¿Y qué?
¿Y qué me das a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre?
¿A qué , a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme
si mi realidad retrocede
como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,
aunque igual la alcanzan,
hasta que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera hablar de la vida .
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados , este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que yo soy? ¿ verdad que sí ?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?".
Y con las manos embarradas
golpeamos a las puertas del amor.
Y con la conciencia cubierta
de sucios y hermosos velos,
pedimos por Dios.
Y con las sienes restallantes
de imbécil soberbia
tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.
Pues esto es lo que hacemos.
Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza.
Naufragio inconcluso
Este temporal a destiempo, estas rejas en las niñas
de mis ojos, esta pequeña historia de amor que
se cierra como un
abanico que abierto mostraba a la
bella alucinada: la más desnuda del
bosque en el
silencio musical de los abrazos.
Noche
Tal vez esta noche no es noche,
debe ser un sol horrendo, o
lo otro, o cualquier cosa.
¡Qué sé yo! Faltan palabras,
falta candor, falta poesia
cuando la sangre llora y llora!
¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Si sólo me fuera dado palpar
las sombras, oír pasos,
decir "buenas noches" a cualquiera
que pasease a su perro,
miraría la luna, dijera su
extraña lactescencia tropezaría
con piedras al azar, como se hace.
Pero hay algo que rompe la piel,
una ciega furia
que corre por mis venas.
¡Quiero salir! Cancerbero del alma.
¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!
¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Aún quedan ensueños rezagados.
¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces
¡Y mis pocos años! ¿Por qué no?
La muerte está lejana. No me mira.
¡Tanta vida, Señor!
¿Para qué tanta vida?
De "La última inocencia" 1956
Peregrinaje
A Elizabeth Azcona Cranwell
Llamé, llamé como la náufraga dichosa
a las olas verdugas
que
conocen el verdadero nombre
de la muerte.
He llamado al viento,
le confié mi deseo de ser.
Pero un
pájaro muerto
vuela hacia la desesperanza
en medio de la música
cuando brujas y flores
cortan la mano de la bruma.
Un pájaro
muerto llamado azul.
No es la soledad con alas,
es el silencio de la prisionera,
es
la mudez de pájaros y viento,
es el mundo enojado con mi risa
o
los guardianes del infierno
rompiendo mis cartas.
He llamado, he llamado.
He llamado hacia nunca.
Pido el silencio
Canta, lastimada mía
Cervantes
aunque es tarde, es noche,
y tú no puedes.
Canta como si no pasara nada.
Nada pasa
Poema 3
Sólo la sed
el silencio
ningún encuentro
cuídate de mí
amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con
el vaso vacío
y de la sombra de su sombra
Poema 35
Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida,
déjate enlazar de
fuego, de silencio ingenuo, de
piedras verdes en la casa de la noche,
déjate
caer y doler, mi vida.
Reconocimiento
Tú haces el silencio de las lilas que aletean
en mi tragedia del
viento en el corazón.
Tú hiciste de mi vida un cuento para niños
en donde naufragios y muertes
son pretextos de ceremonias adorables.
Quién
alumbra
Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.
Revelaciones
En la noche a tu lado
las palabras son claves, son llaves.
el deseo de morir es rey.
Que tu cuerpo sea siempre
un amado espacio de revelaciones.
Salvación
Se
fuga la isla.
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a
descubrir la muerte del pájaro profeta.
Ahora
es el fuego
sometido.
Ahora
es la carne
..la hoja
..la piedra
perdidas en la
fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche.
Ahora
la muchacha halla la
máscara del infinito
y rompe el muro de la poesia.
Signos
Todo hace el amor con el silencio.
Me habían prometido un silencio
como un fuego, una casa de silencio.
De pronto el templo es un circo
y la luz un tambor.
Solamente
ya
comprendo la verdad
estalla en mis deseos
y mis desdichas
en mis desencuentros
en mis desequilibrios
en mis delirios
ya comprendo la verdad
ahora
a buscar la vida
Solamente en las noches
escribiendo
he pedido, he perdido.
en esta noche en este mundo
abrazada a vos,
alegría del naufragio.
he querido sacrificar mis días y mis semanas
en las ceremonias del poema.
he implorado tanto
desde el fondo de los fondos
de mi escritura.
Coger y morir no tienen adjetivos.
Sombras de los días a venir
a Ivonne A. Bordelois
Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración de un animal que sueña.
Sous la nuit
Los ausentes soplan grismente y la noche es densa.
La noche tiene el color de los párpados del muerto.
Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, canto un
canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras.
Grito mentalmente, me confino, me alejo de la mano crispada,
no quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche,
esta errancia, este no hallarse.
Toda la noche hago la noche.
Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae
lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca.
Palabra por palabra yo escribo la noche.
De "Textos de sombra y últimos poemas" 1982
Sueño
Estallará la isla del recuerdo.
La vida será sólo un acto de candor.
Prisión
para los días sin retorno.
Mañana
los monstruos del
buque destruirán la playa
sobre el viento del misterio.
Mañana
la carta desconocida encontrará las manos del alma.
Te hablo
Estoy con pavura.
hame sobrevenido lo que más temía.
no estoy en
dificultad:
estoy en no poder más.
No abandoné el vacío y el desierto.
vivo en peligro.
tu
canto no me ayuda.
cada vez más tenazas,
más miedos,
más
sombras negras.
Tiempo
A Olga Orozco
Yo no sé de la infancia
más que un miedo
luminoso
y una mano que me arrastra
a mi otra orilla.
Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado.
<
Apuro sediento tu tierno gemido, tu intimidad que me embriaga y ardiente, la lengua del dulce deseo, pasión cuyo vino no sacia...