Reseña biografica
Poeta norteamericana nacida en
Baltimore en 1929.
Fue educada en Radcliffe College donde obtuvo el título de Bachelor of
Arts en 1951. Intelectual y activista lesbiana, vivió sucesivamente en
Cambridge, Massachusetts, y de 1961 a 1962 en los Países Bajos,
aprovechando una beca Guggenheim. Radicada desde 1966 en Nueva York,
participó en movimientos feministas y publicó "Necessities of Life",
seguido entre otros de "Selected Poems" en 1967, Leaflets" en 1969,
"Time’s Power" en 1989, "Midnight Salvage" en 1999 y "Arts
of the Possible" en 2001.
Entre los numerosos premios obtenidos, sobresalen el National
Institute of Arts and Letters en 1959, Shelley Memorial Award en
1971,
National Book Award en 1974 y American Academy of Arts and Sciences
en 1991. Fue Doctor Honoris Causa por Smith College y por las
Universidades de Brandeis, Harvard y City College of New York.
Residió en California desde 1984, hasta su muerte en marzo de 2012. ©
Poemas de Adrienne Rich:
1999
Árboles
Arden papeles en vez de niños
Delta
En un concierto de Bach
Instantáneas de una nuera
La luna...
Planetarium
Reparto de tareas
Sueño que soy la mujer de
Orfeo
Tú, antaño, una beldad
en Shreveport...
Un atlas del mundo fácil, II
Veintiún poemas de amor III
1999
Antes del intenso
momento de la ruptura
yo quería ver en el
espejo
biselado y con charnelas de mi siglo
limpio de humo
ojos
de carbón y rubí
aturdido cuello portador de ladrillos y diamantes
cumbre de conchas de ostra iluminadas por la luna
encaje de alambre
de espino ultrajando
el famoso monumento
Tras él se extiende el viejo
mapa indígena
paisaje
anterior a los conquistadores
horizonte sin dueño.
Versión de María
Soledad Sánchez Gómez
Árboles
Desde el interior, los árboles avanzan hacia el bosque,
el bosque que
estuvo vacío todos aquellos días,
donde ningún pájaro podía posarse,
ningún insecto esconderse,
y ningún sol podía enterrar su pies en la
sombra;
en el bosque vacío de esas noches,
los árboles abundarán
por la mañana.
Las raíces se esfuerzan toda la noche
por desprenderse de las
grietas
en el suelo de la terraza.
Las hojas se retuercen hacia
los vidrios,
pequeños vástagos endurecidos por el esfuerzo
largas
y torcidas ramas que se desprenden con dificultad
bajo el techo, como
pacientes recién dados de alta,
medio-aturdidos, dirigiéndose
hacia las puertas de la clínica.
Aquí me acomodo. Las puertas se
abren hacia la terraza,
escribo extensas cartas
donde apenas
menciono el bosque
y su partida de la casa.
La noche está fresca,
la luna entera brilla
en un cielo aún abierto.
El aroma de hojas y
liquen
llega como una voz a las habitaciones.
Mi mente está plena
de susurros
que permanecerán en silencio mañana.
Escucha. Los
vidrios se quiebran,
se tambalean los árboles
Hacia la noche. El
viento
se apresura a recibirlos.
Como un espejo la luna se ha
quebrado
y en la copa del roble más alto
relampaguean ahora sus
fragmentos.
1963
Versión de Myriam Díaz-Diocaretz
Arden papeles en vez de niños
Estaba en peligro de
verbalizar mis impulsos éticos
hasta hacerlos desaparecer.
°1-Daniel Berrigan,
en el juicio, en Baltimore.
1.
Mi vecino, un científico coleccionista de arte, me llama por
teléfono en
un estado de violenta emoción. Me dice que mi hijo y el
suyo, de once y
doce años, han quemado el último día de clase un
libro de matemáticas en
patio trasero. Le ha prohibido a mi hijo ir a
su casa durante una semana,
le ha prohibido al suyo salir durante ese
tiempo. «Quemar un libro
dice- me produce sensaciones terribles,
recuerdos de Hitler; hay pocas
cosas que me disgusten más que la idea
de quemar un libro».
Allí otra vez: la biblioteca, amurallada
con Britannicas verdes
Buscando otra vez
en las
Obras Completas de Dürer
MELANCOLÍA, la mujer desconcertada
los cocodrilos de Herodoto
el Libro de los Muertos
el
Juicio de Jeanne d'Arc, tan azul
Es su color, pienso
y se llevan el libro
porque suefio con ella con demasiada
frecuencia
amor y miedo en una casa
conocimiento del opresor
sé que duele quemar
2.
Imaginar un tiempo de silencio
o pocas palabras
un tiempo de química y música
los hoyuelos por encima de tus nalgas
que mi mano recorre
o
el pelo es como la piel, dijiste
una época de largo
silencio
alivio
procedente de esta lengua
el bloque de caliza
un hormigón reforzado
fanáticos y mercaderes
arrojados a esta costa
de verdor salvaje
de arcilla roja
que respiro una vez
en señales de humo,
soplo
de viento
el conocimiento del opresor
éste es el lenguaje del opresor
y sin embargo lo necesito para hablarte
°2
3
La
gente sufre mucho cuando es pobre y hay que tener dignidad e
inteligencia para superar este sufrimiento.
Algunos de los sufrimientos son: una criatura no cenó anoche: un niño
roba porque no tenía dinero para comprarla:
oír a una madre decir que no tiene dinero para comprar comida para sus
hijos y ver a una criatura sin ropa
te hace brotar lágrimas de los ojos.
(la fractura del orden
el remiendo del discurso
para superar este sufrimiento)
4.
Yacemos bajo la sábana
después de hacer el amor, hablando
de la soledad
mitigada en un libro
revivida en un libro
así, en
esa página
su coágulo y su fisura
aparecen
palabras de un
hombre
que sufre
una palabra desnuda
penetra el coágulo
una
mano que agarra
a través de los barrotes:
liberación
Lo que sucede entre nosotros
ha sucedido
durante siglos
lo sabemos por la literatura
todavía sucede
celos sexuales
mano que se lanza
a
golpear el lecho
sequedad de boca
después de jadear
hay libros que
describen todo esto
y no sirven
Te internas en los bosques detrás de la casa
alli, en ese
territorio
hallas un templo
construido hace mil ochocientos años
entras sin saber
qué es donde entras
así pasa con nosotros
nadie sabe lo que puede suceder
aunque los libros lo digan todo
quema los textos dijo Artaud
5. Escribo a máquina por la noche, tarde, pensando en hoy. Qué bien
hablábamos todos. Una lengua es un mapa de nuestros fracasos. Frederick
Douglass escribía un inglés más puro que el de Milton. La gente sufre
mucho cuando es pobre. Hay métodos pero no los usamos. Joan, que no
sabía leer, hablaba una variante campesina del francés. Algunos de los
sufrimientos son: es difícil decir la verdad;
esto es América; no puedo tocarte ahora. En América sólo tenemos el
tiempo presente. Estoy en peligro. Estás en peligro.
Quemar libros no provoca sensación alguna en mí. Sé que duele quemar.
Hay llamas de napalm en Catonsville, Maryland.
Sé que duele quemar. La máquina de escribir está recalentada, mi boca
arde, no puedo tocarte y éste es el lenguaje
del opresor.
1968
°1: Daniel Berrigan, jesuita,
pacifista y escritor, en 1968 quemó junto con otros 8 implicados,
archivos de la oficina
donde se reclutaba a los jóvenes soldados, en Catonsville, Maryland,
como protesta ante la guerra de Vietnam.
Fue juzgado y acabó en prisión.
°2: 3.
El texto en prosa lo escribió un alumno de Adrienne Rich perteneciente
al Programa de Admisiones Abiertas,
para clases desfavorecidas, del City College de Nueva York en el que
ella daba clases entonces.
Versión de María
Soledad Sánchez Gómez
Delta
Si has creído que este escombro es mi pasado
hurgando en él para
vender fragmentos
entérate de que ya hace tiempo me mudé
más hondo
al centro de la cuestión
Si crees que puedes agarrarme, piensa otra vez:
mi historia
fluye en más de una dirección
un delta que surge del cauce
con sus cinco dedos extendidos
1987
Versión de María
Soledad Sánchez Gómez
En un concierto de Bach
Atravesando la ciudad en una noche de invierno
Dijimos que el arte y
la vida son polos opuestos.
Aquí nos acercamos a un amor que no
conoce la lástima.
Esta anciana disciplina, severamente tierna,
Renueva la creencia
en el amor y sin embargo controla el sentimiento,
Convirtiendo lo que
soportamos en una bendición.
La forma es la ofrenda más grande que el amor puede ofrecer -
La
unión vital de la necesidad
Con todo lo que deseamos, todo lo que
sufrimos.
Un arte demasiado compasivo es apenas un arte a medias.
Sólo tan
altiva y comedida pureza
Restaura el demasiado traicionado corazón
humano.
Versión de Jaime Manrique Ardila
Instantáneas de una nuera
1
Tú, antaño una beldad en Shreveport,
con cabellos teñidos de
henna,
la piel como un capullo de melocotón,
aún te haces vestidos
copiados de aquella época,
y tocas un preludio de Chopin
del que
Cortot dijo:
«Deliciosos recuerdos
fluyen como perfume a través de la
memoria.»
Tu mente ahora,
desmoronándose como una tarta nupcial,
cargada de experiencias inútiles, rica
en sospechas, rumores,
fantasías,
rompiéndose bajo el filo del cuchillo
de la realidad.
En la plenitud de tu vida.
Excitada, colérica, tu hija
seca las cucharas, crece de otra
forma.
2
Golpeando la
cafetera en el fregadero
oye a los Angeles recriminándola, y mira
hacia fuera
más allá de los jardines rastrillados, al sucio cielo.
Hace sólo una semana le dijeron:
No seas paciente.
La vez siguiente fue: Sé
insaciable.
Luego:
Sálvate a ti misma; no puedes salvar a otros.
A veces deja
que el agua del grifo le escalde el brazo
que una cerilla arda hasta
quemarle la uña del pulgar,
o mantiene la mano sobre el escape de la
tetera
justo sobre el denso vapor. Son Angeles probablemente,
ya
que a ella ya nada le duele, excepto
la arenilla que cada mañana se
le mete en los ojos.
3.
Una mujer que piensa duerme con monstruos.
Se convierte en
el pico que la agarra. Y la Naturaleza,
ese arcón de
tempora y mores,
con tapas alabeadas, todavía útil,
se
atiborra con todo ello: las mohosas flores de naranjo,
las píldoras femeninas, los tremendos senos
de Boadicea bajo lisas
cabezas de zorro y orquídeas.
A través del cristal tallado y la mayólica
oigo gritar a dos
atractivas mujeres, enzarzadas en una discusi6n,
las dos orgullosas,
agudas, sutiles,
como Furias arrinconadas lejos de su presa:
el
discurso
ad feminam, te clavo
todos los viejos cuchillos que se han
oxidado en mi espalda,
ma semblable, ma soeur! °
° Irónicamente Rich
varía el célebre apóstrofe que aparece en el poema «Au Lecteur»
de Charles Baudelaire: «Hypocrite lecteur!-mon semblable, -mon
frère»!
4.
Reconociéndose
demasiado bien la una en la otra:
sus cualidades no sólo deleite,
sino una espina,
la punzada afilada contra el menor signo de
desprecio...
Leyendo, mientras espera
que la plancha se caliente,
escribiendo, My Life had stood -a Loaded Gun- °
en esa despensa de
Amherst mientras las confituras hierven y se pudren,
o más a menudo,
con ojos férreos y pico y resuelta como un pájaro,
limpiándolo todo
en el trastero cotidiano de la vida.
°Poema número 754
de Emily Dickinson.
5.
Dulce ridens, dulce loquens,
se depila las piernas hasta que relucen
Como colmillo de mamut
petrificado.
6.
Cuando con su laúd canta
Corina °1
ni las palabras ni la música son suyas;
sólo el largo pelo que le
roza
la mejilla, sólo la canción
de seda en sus rodillas
y
éstas
se acomodan en un parpadeo.
Suspendida, temblando e insatisfecha, frente
a.una puerta
abierta, esa jaula de jaulas,
dinos, tú, pájaro, tú, trágica máquina-
¿es éste un
fertilisante douleur? Inmovilizada
por el amor, para ti el
único acto natural,
¿están tus filos más preparados
para penetrar
los secretos de la cripta? ¿Te ha enseñado la Naturaleza
sus libros
de cuenta a ti, nuera,
que sus hijos nunca vieron?
Corina °1
Primer verso de un poema de Thomas Campio
7.
«Contar en este mundo
incierto con algún refugio
que no pueda ser destruido, es
de
primordial importancia.»°1
Así escribió
una mujer, en parte valiente y en parte buena,
que
luchó contra lo que apenas comprendía.
Pocos hombres en su entorno
harían o podrían hacer más,
de ahí que la llamaran arpía, fiera y
puta.
°1
Frase de Mary Wollstonecraft (1759-1797), escritora inglesa y apasionada
defensora
de la igualdad social y educativa para las mujeres. La cita se ha
tomado
de "Thoughts on the Education of Daughters".
8.
«Todas morís a los quince», dijo Diderot,
y se
convirtió en parte en leyenda y convenci6n.
Sin embargo, ojos sueñan
de manera imprecisa
tras cerradas ventanas brumosas por el vapor.
Deliciosamente, todo lo que podríamos haber sido,
todo lo que fuimos
-fuego, lágrimas,
ingenio, gusto, ambición martirizada-
agita como
el recuerdo de un adulterio no consumado
el exhausto y fláccido pecho
de nuestra madurez.
9.
¿No que se hagan bien las cosas, sino
que se hagan
siquiera? °3Cierto, ¡piensa
en la posibilidad! U olvídala para
siempre.
Este lujo de la criatura precoz,
preciada inválida
cr6nica del Tiempo-
¿renunciaríamos a él, queridas, si pudiéramos?
Nuestra ruina ha sido nuestra ventaja:
el simple ingenio nos bastaba-
brillo en fragmentos y borradores.
No suspiréis más, señoras.
El tiempo es hombre
y en sus copas brinda por la belleza.
Desconcertadas por las galanterías, oímos
alabar nuestras
mediocridades,
considerar abnegación la indolencia,
elegante
intuición el pensamiento desordenado,
cada desliz se perdona, nuestro
crimen
es sólo hacer marcada sombra
o romper el molde sin vacilar.
Para eso, celdas de aislamiento,
gases lacrimógenos, bombardeos
de dolor.
Pocas son las aspirantes a tal honor.
°3 Frase misógena atribuida a
Samuel Johnson: «Una mujer que predica es como un perro
que camina sobre sus patas traseras: no es que lo haga bien, lo que te
sorprende es
que lo haga siquiera».
10.
Bien,
le ha llevado mucho tiempo llegar, a ella que debe ser
más despiadada
consigo misma que la historia.
Mente al viento, la veo zambullirse
desafiante, moviéndose por las corrientes,
bañada por la luz
Can
bella, al menos, como cualquier muchacho
o helicóptero,
firme, acercándose todavía,
sus finas hélices estremeciendo el aire
pero su carga
no será una promesa entonces:
entregada
palpable
nuestra.
Versión de María
Soledad Sánchez Gómez
La luna...
(volviendo a casa en coche de una lectura de Robin Blaser)
La luna
no es romantica.
No.
Es
un hecho de la vida y aún
no estamos acostumbrados. Pensarías,
refleja
las olas no las atrae.
Así
yo te regiría igual que
he sido regida por ti.
En la carretera de la Costa
entre rachas de niebla
ese rostro (sí, tiene
expresión) que aparece y desaparece
nos habla
como hizo él en su galantería
y operístico misterio.
Versión de
María Soledad Sánchez Gómez
Planetarium
Inspirado en Caroline Herschel (1750-1848),
astrónoma, hermana de William, y en otras...
Una mujer con forma de monstruo
un monstruo con forma de mujer
abundan en los cielos
una mujer
«en la nieve
entre los Relojes e instrumentos
o midiendo el suelo
con pértigas»
capaz de descubrir a sus 98 años
8 cometas
aquella sobre
quien la luna gobernó
como en nosotras
levita hacia el nocturno
cielo
surca distancias en los lentes pulidos
Galaxias de mujeres, cumpliendo ahí
penitencia por impulsivas
congelados nervios
en aquellos espacios
de la mente
Un ojo
«viril, exacto y absolutamente seguro»
desde las confusas telarañas de Uranusbor
encuentra la NOVA
cada impulso de luz estalla
desde el centro
como se descarga nuestra vida
Tycho susurra al fin
«Que no parezca que he vivido en vano»
Lo que vemos, lo vemos
y ver es cambiar
la luz que marchita una montaña
y le permite a un hombre vivir
Los latidos del pulsar
el corazón exudando por mi cuerpo
El impulso de radio
que fluye desde Taurus
Estoy bombardeada
aun así me yergo
Me he mantenido de pie toda la vida en medio
del curso directo de una batería de señales
el más fielmente
transmitido el más
intraducible lenguaje en el universo
Soy una
nube galáctea tan profunda
tan intrincada
que una onda de luz demoraría 15
años viajando por mí
Y ha ocurrido
Soy un instrumento con forma
de mujer intentando
traducir pulsaciones
a imágenes
para aliviar el cuerpo
y reconstruir la mente.
1968
Versión de Myriam
Díaz-Diocaretz
Reparto de tareas
Las revoluciones dan vueltas, pactan, hacen declaraciones:
una revista nueva aparece, viejos nombres en su cabecera,
una revista antigua abrillanta su obra
con deconstrucciones de
la prosa de Malcolm X
Las mujeres en las filas traseras de la política
todavía lamen
hilo para pasarlo por el ojo
de la aguja, truecan huesos por
plástico, rajan vainas
para venderlas como collares en los cruceros
hacen inmaculados vestidos de Primera Comunión
con planchas y vacilante agua caliente
todavía ajustan los
microscópicos hilos dorados
en los chips de silicio
todavía dan
clase, vigilan a los niños
desaparecidos en las callejuelas de fuego cruzado, los barrancos de
repentinas inundaciones
los repentinos incendios de queroseno
-mujeres cuyo trabajo reconstruye el mundo
todas y cada una de la
mañanas
He visto a una mujer sentada
entre la estufa y las estrellas
sus
dedos chamuscados de apagar las velas
de la pura teoría
Índice y pulgar: los dos quemados:
he sentido esa cera sagrada
levantarme ampollas en la mano
1988
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
Sueño que soy la muerte
de Orfeo
Camino rápidamente a través de las estrías de luz y sombra
que
arroja una arcada
Soy una mujer en la plenitud de la vida, con ciertos poderes
y
estos poderes limitados severamente
por autoridades a las que pocas
veces veo el rostro.
Soy una mujer en la plenitud de la vida
que
conduce a su poeta muerto en un Rolls-Royce negro
por un paisaje de
crepúsculo y espinas.
Una mujer con una cierta misión
que la
dejará intacta si se obedece al pie de la letra.
Una mujer con los
nervios de una pantera
una mujer con contactos entre los Angeles del
Infierno
una mujer que siente la grandeza de sus poderes
cn el
preciso momento en que no debe usarlos
una mujer comprometida con la
lucidez
que ve, a través de la confusión, los fuegos humeantes
de
estas calles subterráneas
a su poeta muerto aprendiendo a caminar
hacia atrás, contra el viento,
por el lado equivocado del espejo
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
Tú, antaño una beldad en Shreveport...Tú, antaño
una beldad en Shreveport,
con cabellos teñidos de henna,
la piel como un capullo de melocotón,
aún te haces vestidos copiados de aquella época,
y tocas un preludio de Chopin
del que Cortot dijo: «Deliciosos recuerdos
fluyen como perfume a través de la memoria.»
Tu mente ahora,
desmoronándose como una tarta nupcial,
cargada de experiencias inútiles, rica
en sospechas, rumores, fantasías,
rompiéndose bajo el filo del cuchillo
de la realidad. En la plenitud de tu vida.
Excitada, colérica, tu hija
seca las cucharas, crece de otra forma.
Un atlas del mundo difícil, II
He aquí un mapa de nuestro país:
aquí está el Mar de la Indiferencia,
barnizado de sal
Este es el río maléfico que fluye de la frente a la
ingle
agua que no nos atrevemos a probar
Este es el desierto en el que se han plantado misiles como bulbos
Este es el granero de las granjas hipotecadas
Este es el lugar
donde nació el chico rockero
Este es el cementerio de los pobres
que murieron por la
democracia
Este es el campo de batalla
de una guerra del siglo diecinueve
el sepulcro es famoso:
Esta es la ciudad marina de mito e historia
cuando las flotas pesqueras se arruinaron
aquí es donde había trabajo
en el muelle
congelando pescado en trozos
paga por horas sin dividendos
Estos son otros campos de batalla
Centralia
Detroit
aquí están los bosques primitivos
los filones de cobre
de plata
Estos son los suburbios del consentimiento
el silencio se eleva como el humo de las calles
Esta es la capital
del dinero y del dolor; sus pináculos
estallan en el aire caliente,
sus puentes se desmoronan
sus hijos van a la deriva por ciegos
callejones confinados
entre alambres de espinas enrollados
Prometí
mostrarte un mapa y dices pero esto es un mural
entonces bien, déjalo
estar son pequeñas
diferencias
la cuestión es desde dónde lo miramos
1990-91
Versión de María
Soledad Sánchez Gómez
Veintiún poemas de amor III
Porque ya no somos jóvenes, las semanas han de bastar
por los años sin conocernos. Sólo esa extraña curva
del tiempo
me dice que ya no somos jóvenes.
¿Caminé yo acaso por las calles en la madrugada, a los veinte,
con la piernas temblándome y los brazos en éxtasis más pleno?
¿Acaso me asomé por alguna ventana buscando la ciudad
atenta al
futuro, como ahora aquí, esperando tu llamada?
Con el mismo ritmo tú te aproximaste a mí.
Son eternos tus ojos,
verde destello
de hierba salvaje refrescada por la vertiente.
Sí. A los veinte
creíamos ser eternas.
A los cuarenta y cinco deseo conocer incluso nuestros límites.
Te acaricio ahora, y sé que no nacimos mañana,
y que de algún modo tú y yo nos ayudaremos a vivir,
y en algún
lugar nos ayudaremos tú y yo a morir.
1974-76