Canciones de: "La Celestina":
Lucrecia
Lucrecia y Melibea
Melibea
Lucrecia
Oh, quién fuese la hortelana
de aquestas viciosas flores,
por
prender cada mañana
al partir a tus amores.
Vístanse nuevas colores
los lirios y la azucena;
derramen frescos
olores
cuando entre por estrena.
Alegre es la fuente clara
a quien con gran sed la vea;
mas muy más
dulce es la cara
de Calisto a Melibea.
Pues aunque más noche sea,
con su vista gozará.
¡Oh cuando saltar
le vea,
qué de abrazos le dará!
Saltos de gozo infinitos
da el lobo, viendo al ganado;
con las
tetas los cabritos;
Melibea con su amado.
Nunca fue más deseado
amador de la su amiga;
mi huerto más
visitado,
ni noche tan sin fatiga.
Lucrecia y Melibea
Dulces árboles sombrosos,
humillaos cuando veáis
aquellos ojos
graciosos
del que tanto deseáis,
Estrellas que relumbráis,
norte y lucero del día,
¿por qué no le
despertáis,
si aún duerme mi alegría?
Melibea
Papagayos, ruiseñores,
que cantáis al alborada,
llevad nueva a mis
amores
cómo espero aquí asentada.
La
medianoche es pasada
y no viene:
sabedme si otra amada
lo
detiene.