Reseña biografica
Poeta checo nacido en Praga en 1905.
Sus primeros años transcurrieron en el campo. A partir de los quince años se
radicó en la capital, estudió Leyes, desempeñó varios oficios, viajó por
Italia y publicó los primeros poemas. Aunque fue notoria la influencia
que Mallarmé ejerció en el estilo de sus primeras publicaciones, la
ocupación nazi, el pacto de Munich y la guerra, fueron definitivos
para que el poeta expresara su dolor de patriota en sus versos, razón por la
cual fue condenado al silencio público durante quince años. Esta etapa de
ostracismo se tradujo en el período más importante de su carrera literaria,
representado en la publicación, a partir de 1963, de varias Antologias
y textos entre los que sobresalen "Sin título"
en 1963 y el poema dramático "Una noche con Hamlet" en 1964.
Es considerado por la crítica como el más importante de los poetas
checos, con obras tan importantes como "Un gallo para Esculapio",
"En el último trance" y "Abismo de abismo".
A pesar de que su obra fue premiada internacionalmente y reconocida en
su país tardíamente , nunca abandonó su encierro hasta su muerte, ocurrida
en Praga en el año de 1980. ©
Poemas de Vladimir Holan:
Al alba
Antes de nochevieja
Aunque...
Cita
Cuando llueve en
domingo y tú estás solo...
De noche
Detenido por una mujer...
Durante la siega
En la profundidad de la noche
Encuentro en el ascensor
Eva
Hay
Junto a la fuente, junto
al estanque
La Belle Dame Sans Merci
La virgen
No es
Noche de insomnio
Non cum platone
Otoño III
Partus labyrinthis
Pero el tiempo
Pesadumbre
Que los muertos
entierren a los muertos
Será
Un día por la mañana
Al alba
Sí, es el alba... Ropa
sucia
sobre el cuerpo lavado de una hermosa...
Tocar, ah, sólo
tocar,
¡mas de la nada ni tan siquiera el sueño!
También tú, allá
abajo, te esfuerzas en vano de alto en alto,
pues quien se ha sumido
en la poesia
ya nunca se saldrá.
Versión de Clara
Janés
Antes de nochevieja
¿Qué traerá el viento esta noche?
¿La
lluvia, la nieve o una carta?
¿Una carta de quién? ¿Una carta buena o
mala?
Todo, hasta el mismo silencio
tiene algo que callar.
Pero
todo, hasta lo inexpresable,
acabarán por decirlo los celos.
Versión de Clara
Janés
Aunque...
Aunque siempre te escapas, amor mío,
eres mi
presente perpetuo, ¡oh, sí!
Igual que el salto del agua:
aunque le
abandona sin cesar siempre la misma agua,
él permanece siempre en el
mismo sitio.
Versión de Clara
Janés
Cita
Lluvia sin árboles...
Húmedo heno...
Apertura del gas... Nube frita en la sartén de la
luna...
Parpadeo... Guiño... Desparición de las formas...
Casi
tropieza con la carretilla de tierra del cementerio...
"¿Me quiére usted?"
-Sí.
"¿Me ama?" -No.
Versión de Clara
Janés
Cuando llueve en domingo y tú estás solo...
Cuando llueve en domingo y tú estás solo,
completamente solo,
abierto a todo, pero no llega ni el ladrón
y no llama a la puerta ni el borracho ni el enemigo;
cuando llueve en domingo mientras tú estás abandonado
y no comprendes cómo vivir sin cuerpo
y cómo no vivir puesto que tienes cuerpo;
cuando llueve en domingo y, solo, no eres más que tú,
¡no esperes ni hablar contigo mismo!
Entonces el Angel es el único que sabe
lo que hay encima de él,
entonces el diablo es el único que sabe
lo que hay debajo de él.
El libro sostenido, el poema al caer...Versión de
Clara Janés
De noche
Durante la ausencia de la mujer amada
las
tinieblas, totalmente enloquecidas, se apoderan de sus
piernas,
se deslizan en los zapatos de hielo
y empiezan a bailar
desde tu cama
hasta la inmensa sala del insomnio...
Los zapatos suenan, dan vueltas, patean, retozan
sin piedad,
abiertamente, y eso dura
y se sienten bien, bailan sin duda el uno
con el otro.
Tu amor sin fe sólo les ayuda
de los celos al adulterio.
Los
oyes toda la noche, y más y más te hielan,
y no empiezan a fundirse hasta el momento
de volver hacia ti...
Versión de Clara
Janés
Detenido por una mujer...
Detenido por una mujer a las puertas de una ciudad
desconocida
le supliqué: Déjeme pasar, sólo entraré
para salir de
nuevo y volveré a entrar sólo para salir,
porque la oscuridad me da
miedo como a todos los hombres.
Pero ella me dijo:
«¡Pues yo he dejado allí la luz encendida!».
Durante la siega
Cuando te he visto hoy arrodillada entre
los trigos bajo el sol
atar las gavillas,
cuando te he visto
dorada sobre el oro,
y amando sin duda a ese muchacho
que a cada
instante se volvía hacia ti,
he tenido que pensar en aquella que amo
y que no me ama,
aquella que, noche tras noche, reposa,
blanca en
la blancura, y que no necesita
ni de sí misma...
Ella, una de los mil espectadores
de las ejecuciones...
Versión de Clara
Janés
En la profundidad de la noche
a Jaroslav Seifert
"¿Cómo no ser?", te preguntas y hasta acabas por decirlo
en voz alta...
Pero el árbol y la piedra lo callan ,
aunque ambos
son hijos de la palabra y por tanto mudos,
ya que la palabra se
asusta de ver lo que ha sido de ella...
Pero los nombres aún
los tienen. Los nombres: pino,
arce, álamo temblón. ..y los nombres:
feldespato,
basalto, fonolita, amor... Bellos nombres,
sólo que
asustados de ver en qué se han convertido.
Versión de Clara Janés
Encuentro en el ascensor
Entramos en la cabina y estábamos allí solos los dos.
Nos miramos
sin hacer otra cosa.
Dos vidas, un instante, la plenitud, la
felicidad...
En el quinto piso ella bajó y yo, que continuaba,
comprendí que nunca más la vería,
que era un encuentro de una vez
para siempre
y que aunque la hubiera seguido lo habría hecho como un
muerto,
y que si ella se hubiera vuelto hacia mí
sólo hubiera
podido hacerlo desde el otro mundo.
Versión de Clara Janés
Eva
A Maria Tomasova
Fue cuando el vino nuevo... El otoño
había tejido ya el mimbre en
torno a las botellas,
y la serpiente, no encima de la piedra, sino
debajo del brezo,
yacía sobre el vientre cubriéndose con su dorso.
"La belleza destruye el amor, el amor la belleza ", me dijo
y del
mismo modo que antaño se sacrificaba a las diosas de
aquí y allá
un número impar de víctimas,
ella pensaba entonces
nada más en sí misma,
imaginando con indiferencia
la eternidad sin
inmortalidad...
Era tan hermosa que si alguien me hubiera preguntado
por dónde
había ido con ella, no hubiera, sin duda, hablado
de paisajes
( a no ser que sintiera la impotencia de las palabras
y que sólo hiciera posible deletrear el silencio
la lluvia que cae en
los presidios).
Era tan hermosa que quise
vivir de nuevo, pero de
un modo distinto.
Era tan hermosa que en el fondo de mi delirante
amor
me esperaba todavía íntegra toda la locura...
Versión de Clara
Janés
Hay
Hay destinos
donde lo que carece de temblor no es sólido.
Hay amores
en los que el mundo no te basta, falta un pasito.
Hay placeres
en los que te castigas por el arte, pues el arte es
pecado.
Hay momentos de mutismo
en que la boca de la mujer hace pensar
que el pudor es sólo
cuestión de sexo.
Hay cabellos teñidos por un meteoro
donde es
el diablo quien hace la raya.
Hay soledades
en las que miras sólo con un ojo y miras sólo sal.
Hay momentos de frío
en los que estrangulas palomas y te
calientas con sus alas.
Hay momentos de gravedad
en los que sientes que has caído ya
entre los que caen.
Hay silencios
que debes expresarlos tú, ¡precisamente tú!
Versión de Clara
Janés
Junto a la fuente, junto
al estanque
Toda mujer hermosa es
cruel
y humilla sin parecerlo precisamente a los hombres que,
desnudos,
arden por beber de la roca misma.
Pero es la muerte
quien se les acerca, familiar,
se diría un gorrión de estación de
ferrocarril,
en el momento en que ellos, junto al andén, sacan el pan
de su envoltorio...
Voy a tener un hijo, dijo la muerte.
Versión de Clara
Janés
La Belle Dame Sans Merci
Estaba sentada en un
estéreo de madera y cantaba.
Era como si me hubiera herido en la
ternura.
Era como si el deseo sin esperanza
hubiera despreciado el llanto
acariciando las lágrimas.
Era como si el mismo sol entre nubes hubiera escuchado
a ese
tordo que pasa con una cereza en el pico.
Era como si aquella canción de ella hubiera recorrido por
encima
incluso ese río vecino tan lleno de truchas.
Era como
si... Pero ella dejó de cantar y dijo:
"No vayas allí, hace frío".
Y yo le dije: "¿Dónde? No veo el lugar",
Versión de Clara Janés
La virgen
En aquella fiesta había
tantas luces
que eran perfectas las tinieblas.
Y él estaba ahora
allí. Y no le molestaba que fuera precisamente él,
y que sus
sentimientos le vinieran del vino, aunque sus pensamientos
vinieran
de las uvas...
Hacia la mañana él la dejó y ella mira aún,
por el
agujero de su vestido de fiesta,
el desnudo clavo del lunes...
Versión de Clara
Janés
No es
No es indiferente el lugar donde estamos.
Algunas estrellas se acercan entre sí peligrosamente.
También aquí
abajo hay separaciones violentas de amantes
sólo para que el tiempo
se acelere
con el latido de su corazón.
Las gentes sencillas son las únicas que no buscan la felicidad...
Versión de Clara
Janés
Noche de insomnio
Estaba solo, completamente solo,
incluso el sueño nocturno me había
abandonado...
De pronto me pareció oír no unas palabras sino unos
sonidos,
unos sonidos siempre en tres suspiros
Como viento y
harina...
"¿Qué puede ser eso? ¡No hay tiempo que perder!",
mascullé, y enderezándome el cabello con un trago de vino
me puse en
pie y, desnudo, palpé en la oscuridad
y un momento después la negra
fiebre de mi mano
abría el armario... En su interior las polillas
agitaban los trajes...
Soy más mortal que mi cuerpo...
Versión de Clara
Janés
Non cum platone
Él: su belleza destruye mi amor,
ya que al destruir la ilusión
destruye la realidad.
Ella: su amor destruye mi belleza,
pues si tengo máscara quiero
también telón.
Grávido amanecer... Pueblo
donde se han comido todos los gallos.
Versión de Clara
Janés
Otoño III
Campo sobre cuatro
surcos... Lindero... Prado... Estanque...
Zorzales en las serbas...
Una araña teje de nuevo una malla hilada...
Ameno día, expulsado de la razón
al corazón del otoño... El
viento se ha empurpurado...
La columna de mosquitos lleva el busto de
la danza...
Dolor y pena, recuerdos y añoranzas...
¿Quisieras ser de nuevo
joven, vivirlo todo de nuevo?
Por las sombras próximas y lejanas se
puede oír,
cómo en el pueblo cubren el osario con una chapa ..
Versión de Clara
Janés
Partus labyrinthis
Mire usted, señora, mis pecados son
tantos
que usted no puede darse idea.
Y son tan pocos,
que los
conoce bien.
Los que conoce son un solo pecado...
Y los que no comprende
son también ese
que a usted, como a
mí
incensantemente nos confunde.
Versión de Clara
Janés
Pero el tiempo
"¿Qué hay en tu corazón", me preguntó la vida.
Era una pregunta tan
brusca,
buscaba tan poca excusa,
que quise responder: ¡Nada!
Pero el tiempo (que en pie junto a una columna de piedra
obligó
hace mucho a sentarse a todas las catedrales)
me dijo: "¡Mentiroso,
ese lugar que en ti
han ocupado las mujeres
sólo en el infierno
permanece vacío!"
Versión de Clara
Janés
Pesadumbre
Que según dicen la pena es muda...
Y sin
embargo, la mayoría, incluso los taciturnos,
anhelan confesarse,
quejarse, anhelan rezongar.
Les prestaste oído, sufriste con ellos,
pero con el fin de venerar también siempre el secreto:
buscaste la
inspiración súbita
que suele ser precisa, nunca del todo explícita...
Fiel, no podías ser personal...
Sin embargo tampoco revelaste
nunca
los sentimientos de aquellos que al respecto callaron...
Versión de Clara
Janés
Que los muertos entierren a los muertos
Si los vivos pasaran por delante de los
muertos
sería el final del presente y el futuro de los
remordimientos...
Si los vivos pasaran por encima de los muertos,
nosotros, los vivos, volaríamos...
Pero la cosa es así :
remordimientos sí, alas no.
Versión de Clara
Janés
Será
Sí, podría decirle
por qué tiene usted miedo cuando caen las hojas
en el bosquecillo o en la alameda.
Y podría decirle,
por qué se rió Hölderlin
cuando le sacudían ciruelas en la cabeza.
Pero antes de que se vuelva usted en pos del sonido
y antes de que se vuelva usted en pos del color,
será otra cosa y vendrá de otra parte...
Versión de Clara Janés
Un día por la mañana
Un día por la mañana, al abrir la puerta,
encontraste en el
umbral los zapatos de baile.
Era para besarlos y tú lo hiciste
enseguida
y volviste a sentir alegría después de tantos años,
todas las lágrimas largo tiempo contenidas
ascendieron a tu risa.
Luego te reíste y desde el alma rompiste a cantar
con la tranquilidad
de la juventud...
No preguntaste qué hermosa
dejó los zapatos en
el umbral.
Nunca lo averiguaste
y, sin embargo, de aquel feliz
momento
aún vives con frecuencia...
Versión de Clara Janés