"...Tu olor de cabellera bajo el agua azul
con peces negros y estrellas de mar y estrellas de cielo"
"Coyné V"
César Moro
Biografia
Seudónimo
de Alfredo Quíspez Asín, poeta y pintor peruano nacido en Lima en 1903.
En 1925 viajó a París donde se adhirió al movimiento de André Breton,
participando activamente en la publicación
Surréalisme au Service de la Révolution. Su actitud vanguardista,
tanto en el arte como en la literatura, lo convirtió
en uno de los voceros más relevantes del surrealismo hispanoamericano.
Regresó a Lima en 1933 y cuatro años
más tardese radicó en Méxicodonde vivió la etapa más productiva de su
carrera. Con Emilio A. Westphalen editó la
revista literaria
El uso de la palabra.
En 1944, se apartó públicamente del
surrealismo ortodoxo y volvió a Lima en 1948, haciendo amistad con el
francés
André Coyné, quien se convirtió en su albacea, publicando sus obras
después de la muerte del poeta ocurrida en 1956.
Entre sus libros se
destacan «Le château de grisou» 1943, «Lettre d'amour» 1944, «Trafalgar
Square» 1954,
«Amour á mort» 1957, «La tortuga ecuestre» y «Los anteojos de
azufre» en 1958. ©
A vista perdida
Abeja negra
Batalla al borde de una
catarata
Carta a Antonio
Carta de amor
Como un piano de cola
El agua lenta el camino lento
El domingo encantado
El fuego y la poesia
El humo se disipa
El mundo ilustrado
El olor y la mirada
Hay que llevar los vicios…
La leve pisada del
demonio nocturno
La nieve es blanca
La vida escandalosa de
César Moro
Llamado a los tres reinos
Oh furor el
alba se desprende de tus labios
Prestigio del amor
Un camino de
tierra en medio de la tierra
Viaje hacia la noche
Vienes en la noche con el humo fabuloso de tu cabellera
Visión de
pianos apolillados cayendo en ruinas
A vista perdida
No renunciaré jamás al lujo insolente al desenfreno suntuoso de pelos
como fasces finísimas colgadas de cuerdas y de sables
Los paisajes de la saliva inmensos y con pequeños cañones de
plumas-fuentes
El tornasol violento de la saliva
La palabra
designando el objeto propuesto por su contrario
El árbol como una lamparilla mínima
La pérdida de las facultades
y la adquisición de la demencia
El lenguaje afásico y sus perspectivas embriagadoras
La
logoclonia el tic la rabia el bostezo interminable
La estereotipia el pensamiento prolijo
El estupor
El
estupor de cuentas de cristal
El estupor de vaho de cristal de ramas de coral de bronquios y de
plumas
El estupor submarino y terso resbalando perlas de fuego
impermeable
a la risa como un plumaje de ánade delante de los ojos
El estupor
inclinado a la izquierda flameante a la derecha de columnas
de trapo y de humo en el centro detrás de una escalera
vertical sobre un columpio
Bocas de dientes de azúcar y lenguas de
petróleo renacientes y
moribundas descuelgan coronas sobre senos opulentos bañados
de miel y de racimos ácidos y variables de saliva
El estupor robo -de
estrellas gallinas limpias labradas en roca y tierna
tierra firme mide la tierra del largo de los ojos
El estupor joven
paria de altura afortunada
El estupor mujeres dormidas sobre colchones de cáscaras de fruta
coronadas de cadenas finas desnudas
El estupor los trenes de la
víspera recogiendo los ojos dispersos en
las praderas cuando el tren vuela y el silencio no puede seguir
al tren que tiembla
El estupor como ganzúa derribando puertas
mentales desvencijando
la mirada de agua y la mirada que se pierde en lo umbrío de la
madera seca Tritones velludos resguardan una camisa de mujer
que duerme desnuda en el bosque y transita la pradera limitada
por procesos mentales no bien definidos sobrellevando
interrogatorios y respuestas de las piedras desatadas y feroces
teniendo en cuenta el último caballo muerto al nacer el alba de
las ropas íntimas de mi abuela y gruñir mi abuelo de cara a la
pared
El estupor las sillas vuelan al encuentro de un tonel vacío
cubierto
de yedra pobre vecina del altillo volador pidiendo el encaje y
el desagüe para los lirios de manteleta primaria mientras una
mujer violenta se remanga las faldas y enseña la imagen de la
Virgen acompañada de cerdos coronados con triple corona y
moños bicolores.
La medianoche se afeita el hombro izquierdo sobre el
hombro derecho
crece el pasto pestilente y rico en aglomeraciones de minúsculos
carneros vaticinadores y de vitaminas pintadas de árboles de
fresca sombrilla con caireles y rulos
Los miosotis y otros pesados
geranios escupen su miseria
El grandioso crepúsculo boreal del pensamiento esquizofrénico
La
sublime interpretación delirante de la realidad
No renunciaré jamás al lujo primordial de tus caídas vertiginosas
oh locura de diamante
De "La tortuga
ecuestre" 1936-1939
Abeja negra
Más bien buscar hacia el cisne
Y los blasones cruzados son espadas
Un puñal como almohada
Una lágrima eterna sobre la frente
Bajo el alto
tocado
El silencio entre las flores que hacen signos
A la puesta del
sol
Una golondrina cayendo verticalmente en un lago
La torre y las
cortes de amor
El mar que irrumpe con espuma en los labios
El
horizonte regular de una vida bajo la lámpara
Apagadas todas las luces es
posible
Escuchar gemir el ave nocturna
En su oído
De "Le château de grisou"1939-1941
Batalla al borde de una catarata
Tener entre las manos largamente una sombra
De cara al sol
Tu
recuerdo me persiga o me arrastre sin remedio
Sin salida sin freno sin
refugio sin habla sin aire
El tiempo se transforma en casa de abandono
En cortes longitudinales de árboles donde tu imagen se disuelve en
humo
El sabor más amargo que la historia del hombre conozca
El
mortecino fulgor y la sombra
El abrir y cerrarse de puertas que conducen
al dominio encantado de
tu nombre
Donde todo perece
Un inmenso campo baldío de hierbas y de
pedruscos interpretables
Una mano sobre una cabeza decapitada
Los pies
Tu frente
Tu espalda de diluvio
Tu vientre de aluvión un muslo de
centellas
Una piedra que gira otra que se levanta y duerme en pie
Un
caballo encantado un arbusto de piedra un lecho de piedra
Una boca de
piedra y ese brillo que a veces me rodea
Para explicarme en letra muerta
las prolongaciones misteriosas
de tus manos que vuelven con el aspecto amenazante de un
cuarto modesto con una cortina roja que se abre ante el infierno
Las
sábanas el cielo de la noche
El sol el aire la lluvia el viento
Sólo
el viento que trae tu nombre.
De "La tortuga ecuestre" 1936-1939
Carta a Antonio
Te quiero con tu gran crueldad,
porque apareces en medio
de mi sueño y me levantas y como un dios, como un autentico dios,
como el único y verdadero, con la injusticia de los dioses, todo
negro dios nocturno, todo de obsidiana
con tu cabeza de diamante, como un potro salvaje, con tus manos salvajes y
tus pies de oro que sostienen tu cuerpo negro,
me arrastras y me arrojas al mar de las torturas y de las suposiciones.
Nada existe fuera de ti, sólo el silencio y el espacio. Pero tu eres
el
espacio y la noche, el aire y el agua que bebo, el silencioso veneno y el
volcán en cuyo abismo caí hace tiempo,
hace siglos, desde antes de nacer, para que de los cabellos me arrastres
hasta mi muerte.
Inútilmente me debato,
inútilmente pregunto. Los dioses son mudos;
como un muro que se aleja,
así respondes a mis preguntas, a la sed
quemante de mi vida.
¿Para qué
resistir a tu poder? Para qué luchar con tu fuerza de
rayo, contra tus
brazos de torrente; si así ha de ser, si eres el punto,
el polo que imanta mi vida.
Tu
historia es la historia del hombre. El gran drama en que mi existencia es el
zarzal ardiendo, el objeto
de tu venganza cósmica, de tu rencor de acero.
Todo sexo y todo fuego, así eres. Todo hielo y todo sombra, así eres:
hermoso demonio de la noche, tigre implacable de testículos de estrella,
gran tigre negro de semen inagotable de nubes inundando el mundo.
Guárdame junto a ti, cerca de tu ombligo en que principia el aire;
cerca
de tus axilas donde se acaba el aire. Cerca de tus pies y cerca de
tu
manos. Guárdame junto a ti.
Seré tu sombra
y el agua de tu sed, con ojos; en tu sueño seré aquel
punto luminoso que
se agranda y lo convierte todo en lumbre; en tu
lecho al dormir oirás como un murmullo y un calor a tus pies se
anudará
e irá subiendo y lentamente se apoderará de tus miembros y un gran
descanso tomará tu cuerpo y al extender tu mano
sentirás un cuerpo extraño, helado: seré yo. Me llevas en tu sangre y en tu
aliento, nada podrá borrarme.
Es
inútil tu fuerza para ahuyentarme, tu rabia es menos fuerte
que mi amor;
ya tú y yo unidos para siempre, a pesar tuyo, vamos juntos.
En el placer que tomas lejos de
mi hay un sollozo y tu nombre.
Frente a tus ojos el fuego inextinguible.
18 de junio de 1939
Carta de amor
Pienso en las holoturias angustiosas que a menudo nos circundaban al
acercarse el alba
cuando tus pies más cálidos que nidos
llameaban en la noche
con una luz azul y tachonada de lentejuelas
Pienso en tu cuerpo que hacía del lecho el cielo y las supremas
montañas
de
la única realidad
con sus valles y sus sombras
con la humedad y los mármoles y el
agua negra reflejando todas las
estrellas
en cada ojo
¿No era tu sonrisa el bosque retumbante de mi
infancia
no eras tú la fuente
la piedra desde hace siglos escogida para
recostar mi cabeza?
Pienso tu rostro
brasa inmóvil de donde proceden la vía láctea
y esta inmensa desazón que me torna más loco que una lámpara
bellísima
balanceada sobre el mar
Intratable a tu recuerdo la voz humana me es odiosa
siempre el
rumor vegetal de tus palabras me aísla en la noche total
donde resplandeces con una negrura más negra que la noche
Toda
idea de lo negro es endeble para expresar la vasta ululación de lo
negro sobre negro esplendiendo ardientemente
Ya nunca olvidaré
Pero quién habla de olvido
en la prisión en que tu ausencia me deja
en la soledad en que
este poema me abandona
en el destierro en que me encuentra cada hora
Ya nunca
despertaré
Ya no resistiré el asalto de las inmensas olas
que vienen del
dichoso paisaje que tú habitas
Demorándome afuera bajo el frío nocturno me paseo
sobre esta
encumbrada tabla de donde se cae de golpe
Yerto bajo el espanto de sueños sucesivos y agitado en el viento
de años de ensueño
prevenido de aquello que termina por
encontrarse muerto
en el umbral de castillos abandonados
en el lugar y a la hora
convenidos pero inhallables
en las llanuras fértiles del paroxismo
y del único objetivo
este nombre antes adorado
en el cual pongo toda mi destreza en deletrear
siguiendo sus
transformaciones alucinatorias
Así una espada atraviesa de parte a parte una bestia
o bien una
ensangrentada paloma cae a mis pies
convertidos en roca de coral sustento de despojos
de aves
carnívoras
Un grito repetido en cada teatro vacío a la hora del inefable
espectáculo
Un hilo de agua que danza ante el telón de terciopelo rojo
en
las llamas de las candilejas
Desaparecidos los bancos de la platea
acumulo tesoros de madera
muerta y de vivas hojas de plata
corrosiva
No se contenta ya con aplaudir se aúlla mil familias
momificadas
tornan innoble el paso de una ardilla
Decoración amada donde
veía equilibrarse una fina lluvia
encaminándose veloz hasta el armiño
de una pelliza abandonada en
el calor de un fuego de alba
que intentaba dirigir sus quejas al rey
así abro por completo la
ventana sobre las nubes vacías
reclamando a las tinieblas inundar mi rostro
borrar la tinta
indeleble
el horror del ensueño
a través de los patios abandonados a las
pálidas vegetaciones maniáticas
En vano exijo la sed al fuego
en vano hiero las murallas
a lo lejos caen los telones precarios del olvido
agostados
ante el paisaje retorcido en la tempestad
De
"Lettre d'amour Mexico, diciembre de 1942
Versión de
Emilio Westphalen
Como un piano de cola
A André Breton
Como un piano de cola de caballo de cauda de estrellas
Sobre el firmamento lúgubre
Pesado de sangre coagulada
Arremolinando nubes arco-iris falanges de planetas
y miradas de aves
El fuego indeleble avanza
los cipreses arden los tigres las panteras y los animales
nobles se tornan incandescentes
El cuidado del alba ha sido abandonado
Y la noche se cierne sobre la tierra desvastada
La comarca de tesoros guarda para siempre tu nombre
El agua lenta el camino lento...
El agua lenta el camino lento los accidentes lentos
Una caída suspendida
en el aire el viento lento
El paso lento del tiempo lento
La noche no
termina y el amor se hace lento
Las piernas se cruzan y se anudan lentas
para echar raíces
la cabeza cae los brazos se levantan
El cielo de la
cama la sombra cae lenta
tu cuerpo moreno como una catarata cae lento
En el abismo
Giramos lentamente por el aire caliente del cuarto caldeado
Las mariposas nocturnas parecen grandes carneros
Ahora sería fácil
destrozarnos lentamente
tu cabeza gira tus piernas me envuelven
tus
axilas brillan en la noche con todos tus pelos
tus piernas desnudas
En
el ángulo preciso
El olor de tus piernas
La lentitud de percepción
El alcohol lentamente me levanta
El alcohol que brota de tus ojos y que
más tarde
Hará crecer tu sombra
Mesándose el cabello lentamente subo
Hasta tus labios de bestia
El dominio encantado
Ni un dedo se alza sin que fluya la amargura
Lágrima a lágrima en un
mundo de olvido
Sin que el ojo noche por noche cierre sus puertas al amor
Sin que una falsa embriaguez descorazonada abra su herida
Sin que un hilo
se rompa por siempre jamás
Por un tiempo acostumbrado por un tiempo desierto
De la
aventura no queda cuando deberían salvarse los restos
Sino polvo y sombra
de polvo
Y sed de tierra barrida por el hastió
Para que una vez al fin
se alce el reflejo sin encanto
De una muerte sin enigma.
De "Le château de
grisou"1939-1941
El fuego y la poesia
En el agua quemante el sol refleja la mano de cenit
1
Amo el amor
El martes y no el miércoles
Amo el amor de
los estados desunidos
El amor de unos doscientos cincuenta años
Bajo
la influencia nociva del judaísmo sobre la vida monástica
De las aves de
azúcar de heno de hielo de alumbre o de bolsillo
Amo el amor de faz
sangrienta con dos inmensas puertas al vacío
El amor como apareció en
doscientas cincuenta entregas durante
cinco años
El amor de economía quebrantada
Como el país más
expresionista
Sobre millares de seres desnudos tratados como bestias
Para adoptar esas sencillas armas del amor
Donde el crimen pernocta y
bebe agua clara
De la sangre más caliente del día
2
Amo el amor de ramaje denso
salvaje al igual de una medusa
el
amor-hecatombe
esfera diurna en que la primavera total
se columpia
derramando sangre
el amor de anillos de lluvia
de rocas transparentes
de montañas que vuelan y se esfuman
y se convierten en minúsculos
guijarros
el amor como una puñalada
como un naufragio
la pérdida
total el habla del aliento
el reino de la sombra espesa
con los ojos
salientes y asesinos
la saliva larguísima
la rabia de perderte
el
frenético despertar en medio de la noche
bajo la tempestad que nos
desnuda
y el rayo lejano transformando los árboles
en leños de
cabellos que pronuncian tu nombre
los días y las horas de desnudez
eterna.
3
Amo la rabia de perderte
Tu ausencia en el caballo de los días
Tu sombra y la idea de tu sombra
Que se recorta sobre un campo de agua
Tus ojos de cernícalo en las manos del tiempo
Que me deshace y te recrea
El tiempo que amanece dejándome más solo
Al salir de mi sueño que un
animal antediluviano perdido en la
sombra de los días
Como una bestia desdentada que persigue su presa
Como el milano sobre el cielo evolucionando con una precisión de
relojería
Te veo en una selva fragorosa y yo cerniéndome sobre ti
Con
una fatalidad de bomba de dinamita
Repartiéndome tus venas y bebiendo tu
sangre
Luchando con el día lacerando el alba
Zafando el cuerpo de la
muerte
Y al fin es mío el tiempo
Y la noche me alcanza
Y el sueño
que me anula te devora
Y puedo asimilarte como un fruto maduro
Como
una piedra sobre una isla que se hunde
4
El agua lenta el camino lento los accidentes lentos
Una caída
suspendida en el aire el viento lento
El paso lento del tiempo lento
La noche no termina y el amor se hace lento
Las piernas se cruzan y se
anudan lentas para echar raíces
La cabeza cae los brazos se levantan
El cielo de la cama la sombra cae lenta
Tu cuerpo moreno como una
catarata cae lento
En el abismo
Giramos lentamente por el aire
caliente del cuarto caldeado
Las mariposas nocturnas parecen grandes
carneros
Ahora sería fácil destrozarnos lentamente
Arrancarnos los
miembros beber la sangre lentamente
Tu cabeza gira tus piernas me
envuelven
Tus axilas brillan en la noche con todos sus pelos
Tus
piernas desnudas
En el ángulo preciso
El olor de tus piernas
La
lentitud de percepción
El alcohol lentamente me levanta
El alcohol que
brota de tus ojos y que más tarde
Hará crecer tu sombra
Mesándome el
cabello lentamente subo
Hasta tus labios de bestia
5
Verte los días el agua lenta
Una cabellera la arena de oro
Un volcán regresa a su origen
Verte si cuento las horas
La espalda del
tiempo divinamente llagada
Una ánfora desnuda hiende el agua
El rocío
guarda tu cuerpo
En lo recóndito de una montaña mágica
Cubierta de
zapatos de muñeca y de tarjetas de visita de los dioses
Armodio Nerón
Calígula Agripina Luis II de Baviera
Antonio Cretina César
Tu nombre
aparece intermitente
Sobre un ombligo de panadería
A veces ocupa el
horizonte
A veces puebla el cielo en forma de minúsculas abejas
Siempre puedo leerlo en todas direcciones
Cuando se agranda y se complica
de todas las palabras que lo siguen
O cuando no es sino un enorme pedazo
de lumbre
O el paso furtivo de las bestias del bosque
O una araña que
se descuelga lentamente sobre mi cabeza
O el alfabeto enfurecido
6
El agua lenta las variaciones mínimas lentas
El rostro leve
lento
El suspiro cortado leve
Los guijarros minúsculos
Los montes
imperceptibles
El agua cayendo lenta
Sobre el mundo
Junto a tu
reino calcinante
Tras los muros el espacio
Y nada más el gran espacio
navegable
El cuarto sube y baja
Las olas no hacen nada
El perro ve
la casa
Los lobos se retiran
El alba acecha para asestamos su gran
golpe
Ciegos dormidos
Un árbol ha crecido
En vano cierro las
ventanas
Miro la luna
El viento no ha cesado de llamar a mi puerta
La vida oscura empieza
De "La tortuga ecuestre" 1936-1939
El humo se disipa
A donde voraz y ciego
Es el Minotauro el fuego
Y es el laberinto el humo
Calderon de la Barca
Tu aliento es como la mejor mañana
fresca de olor de aves y de mar un
velamen cruza veloz la foresta interdicta de tu aliento donde los
pájaros se columpian picoteando estrellas mientras un galope
tendido de gacelas transtorna las flores y las convierte en piedras
de luna y el silencio recorre la escala de tu aliento de fuente y de
montaña nevada.
Frente a frente tu aliento el soplo aterrador de la primavera en los
bosques de nieve eterna iniciando el desfile de los témpanos
coronados de osos polares flameantes
Tu aliento certero en medio del
corazón una piedra que cae en el estanque
dormido y levanta geiseres de estrellas enloquecidas que buscan su
origen en tu boca
Tu aliento es un despeñadero en el que caen árboles enteros y el
ruido se
tapiza y las frutas maduran y todo se volatiliza en una caída sin
término
La mañana perfila los cendales de tu aliento y la tormenta tiene
olor de tu
saliva y tu saliva es el cráter de donde vuelan los peñascos
enfurecidos portadores de mensajes ilegibles.
Tu aliento de meteorito
disparado desde el cielo cayendo en un bosque
ardiente chamuscando leopardos y provocando el alarido de los
elementos
Tu aliento es humareda de ignición de poemas obscenos tu aliento
precipitándose a mansalva sobre campos inmensos bajo la luna
Tu aliento
en la mañana la nostalgia de la noche fulgurante de rayos que
bordan en el cielo las cataratas de tu aliento
De "La tortuga
ecuestre" 1936-1939
El mundo ilustrado
Igual que tu ventana que no existe
Como una sombra de mano en un
instrumento fantasma
Igual que las venas y el recorrido intenso de tu
sangre
Con la misma igualdad con la continuidad preciosa que me
asegura
idealmente tu existencia
A una distancia
A la distancia
A pesar de la distancia
Con
tu frente y tu rostro
Y toda tu presencia sin cerrar los ojos
Y el
paisaje que brota de tu presencia cuando la ciudad no
era no
podía ser sino el reflejo inútil de tu presencia de
hecatombe
Para mejor mojar las plumas de las aves
Cae esta lluvia de
muy alto
Y me encierra dentro de ti a mí solo
Dentro y lejos de ti
Como un camino que se pierde en otro continente
El olor y la mirada
El olor fino solitario de tus axilas
Un hacinamiento de coronas de
paja y heno fresco cortado con
dedos y asfódelos y piel fresca y galopes lejanos como perlas
Tu olor
de cabellera bajo el agua azul con peces negros y estrellas de
mar y estrellas de cielo bajo la nieve incalculable de tu mirada
Tu
mirada de holoturia de ballena de pedernal de lluvia de diarios de
suicidas húmedos los ojos de tu mirada de pie de madrépora
Esponja
diurna a medida que el mar escupe ballenas enfermas y cada
escalera rechaza a su viandante como la bestia apestada que
puebla los sueños del viajero
Y golpes centelleantes sobre las sienes y la ola que borra las centellas
para dejar sobre el tapiz la eterna cuestión de tu mirada de objeto
muerto tu mirada podrida de flor
De "La tortuga
ecuestre" 1936-1939
Hay que llevar los vicios como
un manto real, sin prisa...
Hay que llevar los vicios como un manto real, sin prisa.
Como una
aureola que se ignora, que se aparenta no percibir.
No tiene sino los seres viciosos cuyo contorno no se esfuma en
el barro hialino de la atmósfera.
La belleza es un maravilloso vicio
de la forma.
Y luego ¿qué? Uno ha desagradado se desagrada. Se desagradará.
Mi púrpura real está manchada; como los tigres, animales con piel y con
plumas.
Convicción de no decaer, excepto, ay, físicamente. Uno puede
matar si no es a sueldo. Mi ambición es de este mundo
pero no del vuestro.
Las trampas que tiende esta época son
doblemente infames. No es todo el no brillar: «con nosotros o contra
nosotros».
Habría que tener mil vidas por día e inmolarlas diariamente.
Precisamente ese pliegue de nuestra historia me desagrada soberanamente.
Digo nuestra para hacerme comprender,
no para confundirme (para participar allí).
Geo Ostensoir, llamado
Royal Splendor.
Uno da todo para no tener nada. Siempre para comenzar de nuevo. Es
el costo de la vida maravillosa.
La muerte es el término espantoso
del sol. El contrato que debe terminar. Costumbres de propietario.
Vuelve a mí fantasma de mis noches. Vuelve a verme para que yo me encuentre.
19 de marzo de 1953
La leve pisada del demonio nocturno
En el gran contacto del olvido
A ciencia cierta muerto
Tratando de
robarte a la realidad
Al ensordecedor rumor de lo real
Levanto una
estatua de fango purísimo
De barro de mi sangre
De sombra lúcida de
hambre intacto
De jadear interminable
Y te levantas como un astro
desconocido
Con tu cabellera de centellas negras
Con tu cuerpo rabioso
e indomable
Con tu aliento de piedra húmeda
Con tu cabeza de cristal
Con tus orejas de adormidera
Con tus labios de fanal
Con tu lengua de
helecho
Con tu saliva de fluido magnético
Con tus narices de ritmo
Con tus pies de lengua de fuego
Con tus piernas de millares de lágrimas
petrificadas
Con tus ojos de salto nocturno
Con tus dientes de tigre
Con tus venas de arco de violín
Con tus dedos de orquesta
Con tus uñas
para abrir las entrañas del mundo
Y vaticinar la pérdida del mundo
En
las entrañas del alba
Con tus axilas de bosque tibio
Bajo la lluvia de
tu sangre
Con tus labios elásticos de planta carnívora
Con tu sombra
que intercepta el ruido
Demonio nocturno
Así te levantas para siempre
Pisoteando el mundo que te ignora
Y que ama sin saber tu nombre
Y que
gime tras el olor de tu paso
De fuego de azufre de aire de tempestad
De catástrofe intangible y que merma cada día
Esa porción en que se
esconden los designios nefastos y la sospecha
que tuerce la boca del tigre que en las mañanas escupe para
hacer el día
De "La tortuga ecuestre" 1936-1939
La nieve es blanca
La nieve es blanca
la
lana añosa la idea lanosa
mi amada hermana rencorosa
toda la sangre
del mundo
hierve
en frío
Pese a la muerte mi hermana
por
la blancura
con la edad
la idea se convierte en lana
soporte de
nieve
de la sangre
Pero la luz vive
eterna
nada la detiene
ni
la muerte ni la edad
ni la idea
Pero la nieve la refleja
y todo
está dicho en la luz
el amor diverso divino
es sólo un acto de luz
si veo bebo
nadie podrá
agotar la luz ni la sed en mí
en el corazón
de la luz
su hijo
De "Amour à mort"
Versión de Aldo
Pellegrini
La vida escandalosa de César Moro
Dispérsame en la lluvia o en la humareda de los torrentes que
pasan
Al margen de la noche en que nos vemos tras el correr de nubes
Que se muestran a los ojos de los amantes que salen
De sus poderosos
castillos de torres de sangre y de hielo
Teñir el hielo rasgar el salto
de tardíos regresos
Mi amigo el Rey me acerca a su tumba real y real
Donde Wagner hace la
guardia a la puerta con la fidelidad
Del can royendo el hueso de la
gloria
Mientras lluvias intermitentes y divinamente funestas
Corroen
el peinado de tranvía aéreo de los hipocampos relapsos
Y homicidas
transitando la terraza sublime de las apariciones
En el bosque solemne
carnívoro y bituminoso
Donde los raros paseantes se embriagan los ojos
abiertos
Debajo de grandes catapultas y cabezas elefantinas de carneros
Suspendidos según el gusto de Babilonia o del Transtévere
El río que
corona tu aparición terrestre saliendo de madre
Se precipita furioso como
un rayo sobre los vestigios del día
Falaz hacinamiento de medallas de
esponjas de arcabuces
Un toro de significativa alegría muerde el seno o
cúpula
De un templo que emerge en la luz afrentosa del día en medio
de
las ramas podridas y leves de la hecatombe forestal
Dispérsame el vuelo de los caballos migratorios
En el aluvión de
escorias coronando el volcán longevo del día
En la visión aterradora que
persigue al hombre al acercarse la
Hora entre todas pasmosa del mediodía
Cuando las bailarinas hirvientes están a punto de ser decapitadas
Y el
hombre palidece en la sospecha pavorosa de la aparición de-
finitiva
trayendo entre los dientes el oráculo legible como sigue:
Una navaja sobre un caldero atraviesa un cepillo de cerdas
de dimensión ultrasensible; a la proximidad del día las cerdas se
alargan hasta tocar el crepúsculo; cuando la noche se acerca las
cerdas se transforman en una lechería de apariencia modesta y
campesina.
Sobre la navaja vuela un halcón devorando un enigma en forma de
condensación de vapor; a veces es un cesto colmado de ojos de
animales y de cartas de amor llenas con una sola letra; otras veces
un perro laborioso devora una cabaña iluminada por dentro. La
oscuridad envolvente puede interpretarse como una ausencia de
pensamiento provocada por la proximidad invisible de un estanque
subterráneo habitado por tortugas de primera magnitud.
El viento se
levanta sobre la tumba real
Luis II de Baviera despierta entre los
escombros del mundo
Y sale a visitarme trayendo a través del bosque
circundante
Un tigre moribundo
Los árboles vuelven a ser semillas y el
bosque desaparece
Y se cubre de niebla rastrera
Miríadas de insectos
ahora en libertad ensordecen el aire
Al paso de los dos más hermosos
tigre del mundo..
De "La tortuga
ecuestre" 1936-1939
Llamado a los tres reinos
Hablo a los tres reinos
al tigre sobre todo
más susceptible de
escucharme
a las limaduras a la carbonilla
al viento que no se sitúa
en ninguno de los tres reinos
para la tierra habría que usar un lenguaje
de cieno
para el agua un lenguaje de ventosa
para el fuego apretar la
poesia en un torno y romper el cráneo
atroz de las iglesias
Hablo a los sordos de orejas tumefactas
a
los mudos más imbéciles que su silencio impotente
huyo de los ciegos pues
no podrán comprenderme
todo el drama sucede en el ojo y lejos del cerebro
Hablo de un cierto encanto incomprensible
de un habito desconocido e
irreducible
de ciertas lágrimas secas
que pululan sobre el rostro del
hombre
del silencio que resulta el gran grito del nacimiento
de este
instinto de muerte que nos subleva
a nosotros los mejores de entre los
hombres
cada mañana se hace tangible bajo la forma de una medusa
sangrante a la altura del corazón.
Hablo a mis amigos lejanos cuya
imagen confusa
tras una cortina de estrépito de cataratas
me deleita
como una esperanza inaccesible
bajo la campana de un buzo
simplemente
en la soledad de un claro de bosque.
De "Le château de grisou"1939-1941
Oh furor el alba se desprende de tus labios
Vuelves en la nube y en el aliento
Sobre la ciudad dormida
Golpeas
a mi ventana sobre el mar
A mi ventana sobre el sol y la luna
A mi
ventana de nubes
A mi ventana de senos sobre frutos ácidos
Ventana de
espuma y oleaje
Sobre altas mareas vuelven los peñascos en delirio y la
alucina-
ción precisa de tu frente
Sobre altas mareas tu frente y más lejos tu
frente y la luna es tu
frente y un barco sobre el mar y las adorables tortugas
como soles poblando el mar y las algas nómadas y las que
fijas soportan el oleaje y el galope de nubes persecutorias
el ruido de las conchas las lágrimas eternas de los coco-
drilos el paso de las ballenas la creciente del Nilo el polvo
faraónico la acumulación de datos para calcular la velo-
cidad del crecimiento de las uñas en los tigres jóvenes la
preñez de la hembra del tigre el retozo del albor de los
aligatores el veneno en copa de plata las primeras huellas
humanas sobre el mundo tu rostro tu rostro tu rostro
Vuelven como el
caparazón divino de la tortuga difunta envuelto
en luz de nueve
El humo vuelve y se acumula para crear representaciones
tangi
bles
de tu presencia sin retorno
El pelo azota el pelo vuelve no se mueve el
pelo golpea sobre un
tambor finísimo de algas sobre un tambor de ráfaga de
viento
Bajo el cielo inerme venciendo su distancia golpeas sin sonido
La fatalidad crece y escupe fuego y lava y sombra y humo de
panoplias y espadas para impedir tu paso
Cierro los ojos y tu imagen y
semejanza son el mundo
La noche se acuesta al lado mío y empieza el
dialogo al que asistes
Como una lámpara votiva sin un murmullo parpadeando
y abrazándome con una luz tristísima de olvido y de casa
vacía bajo la tempestad nocturna
El día se levanta en vano
Yo
pertenezco a la sombra y envuelto en sombra yazgo sobre un
lecho
de lumbre.
De "La tortuga ecuestre" 1938-1939
Prestigio del amor
El amor consagra al amor
Los días sin lluvia
Y como conviene los días
bellos
Para el amor y sus preferencias
Al prestigio del más viejo amor
A la lluvia de la palabra amor
Al único amor sin pena sin dicha sin
retorno
Al porvenir de los dementes
A los sepultureros a los alegres
compañeros de presidio
Al punzante al ardiente recuerdo del tatuaje
A
mi amada muerte
A quienes dudan todavía
A los tesoros de los ciegos
A las lágrimas
Al agua al viento al fuego al amor
A la esperanza de
quien destroza su amor
Al tormento del fuego y del hielo
A los
primeros sucesos que han de señalar la rebelión y la
sangre
A las sábanas de los crímenes pasionales
A las bellas sábanas
de los suicidas
A la más tierna culata razón del revólver
A las
partidas que hasta el aire soplan
Al plomo de las balas
Para que hasta
los no alcanzados
Mueren como perros envenenados
A la congoja de
quienes despiertan
A las noches vacías
A mi vida perdida
A la
pérdida sin dolor sin retorno sin dicha de la vida
Para que quienes aman
y se envilecen en su dicha
Se levanten y lancen las primeras maldiciones
Al huracán
A las mañanas más tristes que todo
Para mejor borrar mi
nombre
Para sacudir el polvo y volver al polvo
Para maldecir los
instantes al parecer felices
Para el despertador cargado de pólvora
A
las estatuas desnudas de la noche
Al mármol perdido
Para carecer de
sepulcro
A las señales ígneas del puñal
A los solos a los únicos
recuerdos sexuales
A la boca de piedra del amor
Al frío del agua la
noche
Para ya nunca volver a comenzar
Al más tierno amor
De "Poemas" 1932-1937
Un camino de tierra en medio de la tierra
Las ramas de luz atónita poblando innumerables veces el área de tu
frente
asaltada por olas
Asfaltada de lumbre tejida de pelo tierno y de huellas leves de
fósiles de
plantas delicadas
Ignorada del mundo bañando tus ojos y el rostro de lava verde
¡Quién vive! Apenas dormido vuelvo de más lejos a tu encuentro de
tinieblas a paso de chacal mostrándote caracolas de espuma de
cerveza y probables edificaciones de nácar enfangado
Vivir bajo las
algas
El sueño en la tormenta sirenas como relámpago el alba
incierta un camino de tierra en medio de la tierra y nubes
de tierra y tu frente se levanta, como un castillo de nieve
y apaga el alba y el día se enciende y vuelve la noche y fasces
de tu pelo se interponen y azotan el rostro helado de la noche
Para sembrar el mar de luces moribundas
Y que las plantas carnívoras no falten de alimento
Y crezcan
ojos en las playas
Y las selvas despeinadas giman como gaviotas
De "La
tortuga ecuestre" 1936-1939
Viaje hacia la noche
Es mi morada suprema, de la que ya no se vuelve
Krishna, en el Bhagavad
Gita
Como una madre sostenida por ramas fluviales
De espanto y de luz
de origen
Como un caballo esquelético
Radiante de luz crepuscular
Tras el ramaje dense de árboles y árboles de angustia
Lleno de sol el
sendero de estrellas marinas
El acopio fulgurante
De datos perdidos en
la noche cabal del pasado
Como un jadear eterno si sales a la noche
Al
viento calmar pasan los jabalíes
Las hienas hartas de rapiña
Hendido a
lo largo el espectáculo muestra
Faces sangrientas de eclipse lunar
El
cuerpo en llamarada oscila
Por el tiempo
Sin espacio cambiante
Pues
el eterno es el inmóvil
Y todas las piedras arrojadas
Al vendaval a
los cuatro puntos cardinales
Vuelven como pájaros señeros
Devorando
lagunas de años derruidos
Insondables telarañas de tiempo caído y leñoso
Oquedades herrumbrosas
En el silencio piramidal
Mortecino parpadeante
esplendor
Para decirme que aún vivo
Respondiendo por cada poro de mi
cuerpo
Al poderío de tu nombre oh poesia
Lima, la horrible, 24 de julio o agosto de 1949.
Vienes en la noche con el humo fabuloso de tu cabellera
Apareces
La vida es cierta
El olor de la lluvia es cierto
La
lluvia te hace nacer
Y golpear a mi puerta
Oh árbol
Y la ciudad el
mar que navegaste
Y la noche se abren a tu paso
Y el corazón vuelve de
lejos a asomarse
Hasta llegar a tu frente
Y verte como la magia
resplandeciente
Montaña de oro o de nieve
Con el humo fabuloso de tu
cabellera
Con las bestias nocturnas en los ojos
Y tu cuerpo de
rescoldo
Con la noche que riegas a pedazos
Con los bloques de noche
que caen de tus manos
Con el silencio que prende a tu llegada
Con el
trastorno y el oleaje
Con el vaivén de las casas
Y el oscilar de luces
y la sombra más dura
Y tus palabras de avenida fluvial
Tan pronto
llegas y te fuiste
Y quieres poner a flote mi vida
Y sólo preparas mi
muerte
Y la muerte de esperar
Y el morir de verte lejos
Y los
silencios y el esperar y el tiempo
Para vivir cuando llegas
Y me
rodeas de sombra
Y me haces luminoso
Y me sumerges en el mar
fosforescente donde acaece tu estar
Y donde sólo dialogamos tú y mi
noción oscura y pavorosa de tu ser
Estrella desprendiéndose en el
apocalipsis
Entre bramidos de tigres y lágrimas
De gozo y gemir eterno
y eterno
Solazarse en el aire rarificado
En que quiero aprisionarte
Y rodar por la pendiente de tu cuerpo
Hasta tus pies centelleantes
Hasta tus pies de constelaciones gemelas
En la noche terrestre
Que te
sigue encadenada y muda
Enredadera de tu sangre
Sosteniendo la flor de
tu cabeza de cristal moreno
Acuario encerrando planetas y caudas
Y la
potencia que hace que el mundo siga en pie y guarde el
equilibrio de los mares
Y tu cerebro de materia luminosa
Y mi
adhesión sin fin y el amor que nace sin cesar
Y te envuelve
Y que tus
pies transitan
Abriendo huellas indelebles
Donde puede leerse la
historia del mundo
Y el porvenir del universo
Y ese ligarse luminoso
de mi vida
A tu existencia
De "La tortuga ecuestre" 1936-1939
Visión de planos apolillados cayendo en ruinas
Les tenêbres vertes dans les soirs humides de la belle saison
Baudelaire
El incesto representado por un señor de levita
Recibe las felicitaciones del viento caliente del incesto
Una rosa
fatigada soporta un cadáver de pájaro
Pájaro de plomo dónde tienes el
cesto del canto
Y las provisiones para tu cría de serpientes de reloj
Cuando acabes de estar muerto serás una brújula borracha
Un cabestro
sobre el lecho esperando un caballero moribundo
de las islas del Pacífico que navega en una tortuga musical
divina y cretina
Serás un mausoleo a las víctimas de la peste o un
equilibrio
pasajero entre dos trenes que chocan
Mientras la plaza se llena
de humo y de paja y llueve algodón
arroz agua cebollas y vestigios de alta arqueología
Una sartén
dorada con un retrato de mi madre
Un banco de césped con tres estatuas de
carbón
Ocho cuartillas de papel manuscritas en alemán
Algunos días de
la semana en cartón con la nariz azul
Pelos de barba de diferentes
presidentes de la república del Perú
clavándose como flechas de piedra en la calzada y produciendo
un patriotismo violento en los enfermos de la vejiga
Serás un volcán
minúsculo más bello que tres perros sedientos
haciéndose reverencias y recomendaciones sobre la manera
de
hacer crecer el trigo en pianos fuera de uso
De "La tortuga ecuestre" 1936-1939